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La muerte de un preso en la Modelo cuestiona de nuevo su seguridad

UGT afirma que los funcionarios no pueden impedir que entren navajas en la cárcel

Miquel Noguer

¿Es comprensible que un preso considerado peligroso consiga hacerse con una navaja de 12 centímetros y la utilice para matar a un compañero de galería? Esto es lo que se preguntan los responsables de la Modelo, los del Departamento de Justicia y los funcionarios de prisiones después de que un interno de la cárcel barcelonesa matara a navajazos a un compañero de galería el pasado jueves sin que nadie pudiera evitarlo ni sepa cómo entró la navaja en el recinto.

Los hechos ocurrieron a las once de la mañana del jueves, cuando la víctima, Víctor M. L. P., un interno sin delitos de sangre, pidió socorro desde el interior de la sexta galería. Ensangrentado y con un visible corte en el cuello, el recluso fue atendida por los médicos de la cárcel sin que nadie pudiera hacer nada para salvarle la vida. El presunto agresor, C. G. C., también estaba interno por delitos comunes, pero era considerado conflictivo por los funcionarios del centro.

Poco se sabe de los motivos de la pelea, aunque trascendió que la víctima tenía importantes trastornos emocionales que, según fuentes de UGT, le hacían difícil adaptarse a la vida en la cárcel. Miembros del sindicato explican que estos trastornos 'aconsejaban un tratamiento específico en una unidad adecuada, no en un módulo de vida ordinaria y extraordinariamente conflictivo'. La sexta galería de la Modelo está destinada a los presos conflictivos y es el escalafón previo a la quinta galería, donde residen los internos más peligrosos y con mayores problemas de conducta.

De la calle al patio

UGT denunció ayer que, a pesar de la peligrosidad de algunos de estos presos, los funcionarios no tienen medios 'para evitar que en unidades de alto riesgo como esta galería circulen armas blancas'. Los responsables de este sindicato recuerdan que no es infrecuente que, a través de las rejas que cubren el patio central, lleguen objetos lanzados desde la calle. 'Es difícil que entren bolas de droga u otras cosas grandes, pero un cuchillo alargado pasa perfectamente por los agujeros de la red', explicaba ayer un representante sindical.

Los trabajadores del centro también se quejan de que problemas organizativos y de falta de personal impiden controlar de forma efectiva todo cuanto ocurre en las galerías de la cárcel, que en su opinión 'están llenas de espacios muertos sin ningún funcionario que pueda vigilarlos'.

El Departamento de Justicia ha abierto una investigación interna para determinar los condicionantes del suceso, aunque ayer se negó a dar cualquier detalle ni explicación de lo sucedido el jueves alegando que 'lo está investigando el juez'.

Mientras tanto, desde UGT se ha pedido 'que se adopten medidas con decisión para solucionar las causas de la situación actual de las prisiones. Medidas que a pesar de todo lo que ha sucedido y viene sucediendo la Administración no está aplicando'. El sindicato también pide que, dados los retrasos que se están acumulando en el traslado de la Modelo fuera de Barcelona, se arreglen los problemas de las actuales instalaciones.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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