Partidarios de Fortuyn se enfrentan a la policía en La Haya y en Rotterdam
Los extremistas acusan a la clase política de "demonizar" al líder populista
La llamada a la calma del primer ministro, Wim Kok, poco después de que se produjera el asesinato del líder derechista, Pim Fortuyn, tuvo un cierto sentido premonitorio, ya que no pasó mucho tiempo antes de que cientos de seguidores se concentraran en el centro de La Haya y en Rotterdam causando graves incidentes. Manifestaban así su protesta contra los políticos y periodistas que, a su juicio, "demonizaron" al líder populista provocando su asesinato. Mientras, en una muestra más de las reacciones que levantó el asesinato de Fortuyn, miles de ciudadanos depositaban flores y velas a la puerta de su casa en Rotterdam.
En la verja de la casa del líder asesinado, una gran mansión desde la que el político organizaba su campaña, colgaban juntas gorras y camisetas del Feyenoord de Rotterdam y de los hinchas de sus acérrimos enemigos del Sparta y el Ajax de Amsterdam. "Al fin, alguien que se atrevió a decir lo que todos pensamos y lo han matado", decía ante las cámaras de televisión uno de sus simpatizantes.
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