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El pésimo ejemplo de Roig

Pocas acciones han provocado tanta perplejidad en las últimas semanas como la protagonizada por Fernando Roig, el presidente del Villarreal, el día en el que su equipo se enfrentaba al Celta. De manera inopinada y con varias cámaras como testigo, el dirigente abandonó su sillón presidencial y bajó a ras de césped para comportarse como un hooligan e increpar airadamente al cuarto árbitro tras una jugada conflictiva. El incidente, una vez denunciados los hechos ante el Comité de Competición, se saldó con una multa de 3.000 euros. Pero el daño estaba hecho. Su actuación ha sido el peor ejemplo posible en unas semanas turbias para el fútbol español.

En el acta arbitral de dicho partido, se contaban así los hechos: 'En el minuto 51, tras la expulsión de un jugador local [Berruet y con el resultado de 0-1], se personó en la banda próxima a banquillos el presidente del Villarreal, al cual identifican perfectamente el árbitro asistente, al que se dirige a grandes voces 'ni lo ha tocado, lo he visto por la tele, sois cuatro [por los árbitros] y no lo veis', repitiendo esta frase varias veces. A continuación, el cuarto árbitro comunicó al coordinador de seguridad que retirara a dicha persona de la banda, mostrando él mismo una actitud pasiva al respecto, pese a lo cual se retiró. Sin embargo, éste iba y venía hasta la boca del túnel de vestuarios varias veces desde donde presenciaba a veces el encuentro de forma momentánea'.

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