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Crónica:FÚTBOL | El fracaso de un histórico
Crónica
Texto informativo con interpretación

Descenso a patadas

El Zaragoza pierde en Vila-real, baja a Segunda y sus jugadores acaban pegándose con los hinchas

En un ambiente de tragedia, El Madrigal vio ayer las dos caras del fútbol: la gloria de unos, el Villarreal, y el fracaso de otros, el Zaragoza. El conjunto castellonense consiguió la salvación e hizo de villano con el Zaragoza, que se marcha a Segunda División 24 años después y con escándalo.

Apenas terminado el encuentro, sucedió lo impensable. La afición del Villarreal saltó al terreno de juego para agasajar a los suyos. Y surgió el caos. La animosidad de la afición local fue mal recibida por los desesperados jugadores del Zaragoza, que no asumieron de buen grado la pérdida del partido y, por ende, de categoría. De la tristeza a la ira en un segundo. Algunos aficionados del Villarreal increparon a los jugadores del Zaragoza y aparecieron en escena los más irascibles. El meta Laínez la emprendió a golpes con un espectador. Su cólera no pudo ser frenada ni por sus compañeros, ni por los jugadores del Villarreal, que se apresuraron a contener su violenta reacción, y proteger de paso la entrada de los jugadores aragoneses al túnel de vestuarios. Y pronto hubo que sofocar un incendio mayor. Otro aficionado ataviado con un chándal del Madrid saltó de la grada y se marchó directamente hacia el Toro Acuña y le agredió levemente. El paraguayo, como poseído y como un resorte, reaccionó y aún le quedaron fuerzas para perseguir al asaltante. Lo cazó tras un sprint de 40 metros y lo derribó a la segunda patada que le lanzó para zancadillearle. Ya en el suelo, el centrocampista aragonés prosiguió con la agresión hasta que las fuerzas del orden público y la seguridad de El Madrigal lograron reducirle. Palermo también llegó a agarrarle del pelo para defender al espectador. Según varios jugadores del Zaragoza, como Milosevic o el propio Acuña, el delantero argentino había echado más leña al fuego. El aficionado agresor fue detenido posteriormente y los jugadores del Zaragoza lograron alcanzar como buenamente pudieron la zona de vestuarios, incluído Laínez, que enfurecido, se negaba con tremenda agresividad. Un final caótico con tintes dramáticos para culminar la tragedia del descenso.

VILLARREAL 2| ZARAGOZA 1

Villarreal: López Vallejo; Roca, Quique Álvarez, Ballesteros, Arrabarrena; Jorge López, (Unai, m. 62) Amor, Galca, Calleja (Gracia, m. 88); Víctor (Guayre, m.90) y Palermo. Zaragoza: Laínez; Cuartero, Komljenovic (Drulic, m. 54), Paco, Pablo; Corona, José Ignacio, Aragón (Marcos Vales, m. 65), Vellisca, (Garitano, m. 78) Acuña; Milosevic. Goles: 1-0. M. 9. Palermo remata de cabeza un centro al segundo palo efectuado por Roca. 2-0. M. 22. Arruabarrena se adelanta a la defensa maña a la salida de un corner botado por Calleja. 2-1. M. 67. Milosevic marca de penalti cometido por Quique Álvarez a Corona. Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Cuartero, Milosevic, José Ignacio, Paco, Acuña, Calleja, Quique Álvarez y Amor. Unos 22.000 espectadores en el Madrigal. Lleno.

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En el partido, destacó la tensión de ambos equipos, pero más acusada en el Zaragoza por su angustiosa situación. Apenas pasados unos minutos de poco fútbol y mucha presión y esfuerzo, llegó el primer gol al marcador. Y de quien todos esperaban, de un Palermo recuperado en el tramo final de la liga para ayudar a su necesitado equipo. Hizo lo que mejor sabe hacer: ubicarse adecuadamente en el área, ganar la posición al defensor y rematar de cabeza con crueldad y potencia lejos del alcance del portero. Palermo elevado a los altares.

El gol en contra nubló más si cabe a un depresivo Zaragoza que no logró sobreponerse por unos instantes. Su ataque carecía de profundidad y claridad, mientras las llegadas del Villarreal llevaban criterio, sentido y peligrosidad. Por ello, 13 minutos después del primer tanto llegó el segundo. Esta vez fue Arruabarrena, defensa con alma de delantero el que convirtió en gol, también de cabeza, un saque de esquina botado por Calleja. Doblete argentino. Personaje peculiar Arruabarrena. Ni es muy fuerte, ni rápido, ni duro, ni blando. Cumple sin alardes como defensa y ve puerta con facilidad por su extraña habilidad para desmarcarse en las jugadas a balón parado. Con el de ayer, el carrilero argentino ya suma seis goles. Magnífica renta.

El Zaragoza siguió espeso y medroso, aturdido por las circunstancia. El coraje demostrado en el segundo acto tan sólo le dio para acercarse en el marcador, pero no para invertir su agónico destino.

El <b></b><i>Toro</i><i> </i><b>Acuña, a punto de lanzar una patada al espectador al que persiguió, para derribarle.</b>
El Toro Acuña, a punto de lanzar una patada al espectador al que persiguió, para derribarle.ÁNGEL SÁNCHEZ

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