"Encuentro a Esperanza Aguirre muy 'lladró"

Pregunta. O sea, que es usted el que perpetró las bailarinas y los arlequines.

Respuesta. La familia Lladró. Yo soy uno de ellos.

P. En su libro de recuerdos cuenta que fue un niño sufridor, y que trabajó desde los pocos años.

R. Sufrí, pero no me lamento de nada. La vida le toca a cada uno de una manera, y yo me hice tolerante y firme.

P. ¿Siempre que le invitan a una boda les propina un lladró?

R. No. Sólo el 80% de las veces.

P. ¿Qué tiene la carroza de Cenicienta para costar casi cuatro millones de pesetas?

R. Pues que puede llevar 150 o 170 unidades, trozos que después hay que construir, pegar.

P. ¿Si la carroza se vuelve calabaza usted devuelve el dinero?

R. Pues sí, podemos hacerlo.

P. ¿Para ser amigo suyo hay que tener un lladró sobre el televisor o la nevera?

R. Yo creo que basta con ser persona.

P. Qué ordinario Pablo VI: le regala usted los tres Reyes Magos y él los recicla dándoselos a los astronautas Armstrong, Aldrin y Collins.

R. Eso nos pareció a nosotros en principio. Pero luego encontramos muy bonito que considerara a los astronautas como los Reyes Magos, pensara que la Luna era un mundo distinto y destinara a él a nuestros Magos.

P. Tippi Hedren le hizo subirse a su cama para firmarle una paloma colgada del techo. ¿Sólo firmó?

R. Consideré aquello con toda normalidad. Ella había venido a la fábrica, eligió un palomo, lo colgó en su habitación, como si fuera el Espíritu Santo, y yo me arrodillé en su cama, porque era como mejor llegaba.

P. Coge el pincel y reproduce a Murillo: no se corta nada.

R. Yo es que soy un hombre trabajador, constante, y cuando me pongo a hacer una cosa lo intento hasta que me satisface.

P. ¿Le quedaba mejor a él?

R. La pregunta casi me ofende. Pero un día fuimos al Museo del Prado, y mis hijas y mi mujer me dijeron que les gustaba más el mío. La ignorancia es muy atrevida, pensé.

P. ¿Qué opina de quienes encuentran kitsch o cursis sus figuritas?

R. Bueno, la porcelana ha sido siempre para los nobles. Y hace cincuenta años, quien tenía una porcelana parecía un personaje fuera de lo normal. Y eso no es verdad. Hay gustos para todos.

P. Furor en Los Ángeles. ¿Hollywood es muy valenciano en sus preferencias?

R. Conectamos muy bien. Hollywood y toda California puede que sea la zona del mundo donde Lladró es más conocido. Y estamos en 123 países.

P. ¿Lauren Bacall quedó ganada para su causa porcelánica desde que bailó con ella?

R. No. Había venido ya a la fábrica antes. Después, la invitamos a volver, como a Charlton Heston o a Kirk Douglas.

P. Lo de Michael Jackson con ustedes se entiende más, ¿no?, porque él es muy exótico.

R. Es un enamorado de nuestras piezas. Cuando pidió venir a vernos, disfrutó como un niño, durante casi tres horas, como si estuviera en Disneylandia.

P. Esperanza Aguirre le prologa el libro, acaba de presentárselo... ¿Le encuentra usted una estética muy Lladró?

R. Yo creo que sí, porque es una mujer sensible, debe de tener algún título, y a lo mejor tendrá porcelanas antiguas en su casa.

P. Le gusta 'una acción sindical atenuada y constructiva'. ¿No se le ve el plumero empresarial?

R. Yo creo que los derechos de los trabajadores tienen que ser defendidos éticamente: ni política ni demagógicamente.

P. Dice usted que con la fortuna de Bill Gates se podría construir el AVE Madrid-Valencia. ¿Qué opina él? ¿Lo han hablado?

R. Nunca he tenido ocasión de hablar con él. Pero creo que diría que el dinero, en sus manos, está mejor que en manos del Estado español haciendo aves.

P. En ocho años cortejó a doscientas jóvenes. ¿Es el mayor farol de su libro?

R. Bueno, yo no creo que eso sea un farol. En mi época, salíamos a pasear, y no eran como las de ahora, que van más deprisa y enseguida están allá.

P. ¿Es usted feliz?

R. Sí, tremendamente feliz, porque amo bastante al prójimo. Cuando veo cómo sufren en el Tercer Mundo, o los daños a la ecología... Y pienso cuánto espacio tienen para vivir los pajaritos... más que una familia.

P. Le veo mezcla de Teresa de Calcuta y san Francisco de Asís.

R. No. Yo soy mucho más malo. Pero me gusta la naturaleza, como pintor.