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Crítica:MOTOS | PRUEBA | Honda VFR 800 F 2002
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Dominio incontestable

Suavidad y buen carácter para mantener el liderato de la VFR entre las 'sport'-turismo

TANTO EN SU VERSIÓN inicial de 750cc como en las últimas de 800cc, la VFR es probablemente la moto más cuidada de Honda. Y tiene fácil explicación: lleva 15 años siendo la moto sport-turismo de referencia. La nueva VFR 800 F cuesta 12.915 euros, y sube a 14.238 en la versión Luxe, que añade ABS y amortiguación regulable. Y tiene todo para mantener su dominio. El objetivo de Honda era mejorar su predecesora, tanto en deportividad como en estética y aptitudes ruteras. Y la nueva VFR presenta tantos cambios que se puede considerar una moto nueva.

Estrena un diseño rompedor, con líneas muy angulosas y quizá demasiado futuristas, aunque al natural no parece tan radical como en foto. Pero sus dimensiones son correctas, ni muy grande ni muy pequeña, y ha recibido un profundo estudio aerodinámico para proteger mejor al piloto de las inclemencias del tiempo. Además tiene un aspecto impactante y un marcado carácter deportivo, aunque sin descuidar la faceta turística. Y cuenta con un equipo opcional muy práctico: juego de maletas, puños calefactables y un parabrisas más alto.

- SENCILLA Y SOFISTICADA

LA VFR 2002 CONSERVA la arquitectura del motor: cuatro cilindros en V a 90 grados, cuatro válvulas por cilindro, refrigeración por agua e inyección electrónica. Pero estrena la distribución variable Hyper VTEC, que tiene un funcionamiento teórico muy sencillo: por debajo de 7.000 revoluciones sólo trabajan dos de las cuatro válvulas de cada cilindro, y por encima, todas, como en el motor anterior. El resultado es un rendimiento más enérgico en todos los regímenes, un aumento sustancial en empuje entre 4.000 y 7.000 vueltas y un ligero incremento de potencia (114 CV frente a 110). Y todo con un funcionamiento todavía más suave y silencioso.

- CARÁCTER AMABLE

A PESAR DE SU ASPECTO agresivo, la VFR 800 es todo suavidad. El responsable es el motor, que aporta un empuje constante y sin titubeos desde bajo régimen hasta el límite (12.500). Pero el chasis, reforzado y mejorado, hace todo más fácil y permite al piloto centrarse en el trazado y disfrutar de la conducción. Si además añadimos la ausencia de vibraciones, unas suspensiones suaves y una postura cómoda y natural, tendremos una moto deliciosa con prestaciones más que razonables (235 km/h.) y buenas cualidades ruteras. Justo lo necesario para seguir siendo la mejor sport-turismo.

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