Simulacro de simulacro
Un ejercicio de alerta en el polígono de El Serrallo en Castellón revela serios problemas de comunicación
Una serie de casualidades e inclemencias meteorológicas provocaron ayer tres incendios en sendas empresas ubicadas en el Polígono Industrial de El Serrallo de Castellón. La caída de un rayo en un tanque originó el fuego en la refinería de BP. La inflamación de la válvula de seguridad de una torre de destilación causó un foco de fuego en la planta de caprolactama de UBE-Proquimed. Y una caseta de bombonas ardió en Repsol Butano cuando se realizaban trabajos de purga.
Los tres accidentes constituyeron ayer la base de un simulacro (que al final resultó un simulacro de simulacro) para comprobar y analizar el funcionamiento del protocolo de notificaciones que establecen los planes de emergencia exterior. Y éste habrá de ser revisado porque el desorden reinó con demasiada facilidad en una representación que, de haber sido real, podría haber tenido consecuencias graves. Lo que sí pareció funcionar fueron los planes de emergencia interior de cada una de las empresas que llevaron a cabo sus comunicaciones tal como estaba previsto.
El jefe de la Policía Local hubo de advertir que no había recibido ningún aviso
La preparación del simulacro ya se truncó por la premura del consejero de Administraciones Públicas, Carlos González Cepeda, por abandonar la capital de La Plana, debido a otro compromiso en Valencia. Este hecho provocó que el simulacro de riesgo químico se limitara a una comprobación de las comunicaciones entre las empresas, el puesto de mando avanzado y el Centro de Coordinación de Emergencias. No fue necesario movilizar recursos de intervención (bomberos, fuerzas y cuerpos de seguridad y recursos sanitarios), sino únicamente a sus mandos.
Los siniestros tuvieron distintas categoría. A BP se le asignó un accidente de categoría 1, que no requiere la constitución del puesto de mando avanzado, mientras que a Repsol y a UBE se les atribuyeron incendios de categoría 2, que sí obliga a la movilización de recursos externos. La previsión era que BP sería la primera industria en notificar el supuesto accidente, mientras que las otras dos lo harían con una cadencia de cinco minutos. Sin embargo, durante la mañana se ofrecieron cuatro horas distintas para situar la llamada de la refinería que debió realizarse entre las 10.20 y las 10.40 horas. El jefe de la Policía Local de Castellón hubo de advertir que no había recibido ninguna llamada de aviso, pese a su preceptiva participación en el plan de emergencia simulado. Tras la advertencia, la Policía Local recibió el aviso a las 10.57.
Tres minutos después la refinería de Castellón comunicaba que el supuesto incendio estaba controlado. La coordinación de los cuerpos de seguridad con el Centro de Coordinación de Emergencias también pareció inadecuada. A las 11.05 se notificó la ausencia del responsable de la Guardia Civil encargado de supervisar la circulación si hubiera sido necesario.
En ese mismo instante llegaron los responsables de la Policía Autonómica, que también han de estar presentes en el puesto de mando avanzado, y cinco minutos después, a las 11.10, UBE y Repsol anunciaban el control de las llamas.
Sin embargo, no fue el baile de horas lo más llamativo. La explicación de los responsables del Centro de Coordinación de Emergencias sobre los entresijos de los accidentes y la situación de cada uno de ellos fue interrumpida por la llegada de González Cepeda, a quien se acercaron a recibir todos los políticos desplazados al puesto, quienes abandonaron la mesa para saludar al consejero. Con todo, el puesto de mando avanzado, según se dijo, quedó constituido en 25 minutos, cuando el tiempo habitual es de 20.
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