Bodas japonesas a la española

Miguel del Valle no es un hotelero al uso. Su trabajo consiste en promocionar un hotel de lujo, pero los domingos y algún que otro día de semana se dedica a casar a novios japoneses venidos desde aquel país para disfrutar de una boda con el sol andaluz como testigo. Mizushima Tsunehisa y Shimoda Nobuko son la última pareja a quien él declaró marido y mujer medio en japonés y medio en español.

Las bodas que el Hotel La Bobadilla, un cinco estrellas de gran lujo situado cerca de la localidad granadina de Loja, organiza para japoneses no son oficiales porque los novios tienen que formalizar su enlace antes o después en el registro de su ciudad. La capilla donde se desarrolla la ceremonia no está consagrada, lo que permite preparar todo tipo de bodas, al gusto de los contrayentes. Pero la que tiene más éxito es la tradicional española, una especie de ceremonia católica pero sin la intervención de crucifijos, imágenes o sacerdotes. Es, en suma, un enlace simbólico que sin embargo los novios se toman muy en serio, como si esa fuera su única y verdadera unión. Cada pareja japonesa se va de España con los tradicionales anillos en sus dedos anulares y la fecha de la boda en La Bobadilla grabada en el reverso. El que hace las labores de oficiante, el subdirector del hotel, explica a los novios el significado de las alianzas y las arras, y tiene también la misión de condecorar a los novios con un pin de Tío Pepe que los nipones lucen con orgullo.

Mizushima y Shimoda, ataviados con los trajes más tradicionales de boda, ensayaban media hora antes de la boda el paseíllo glorioso que habrían de dar un rato después delante de decenas de espectadores que hasta ese momento eran desconocidos para ellos. Los nervios eran perceptibles a metros de distancia y la novia luchaba con sus propios pies para no pisarse el extenso velo que llegaba hasta la mitad de la capilla.

'Hemos venido a España en busca de buen clima y de un día especial sólo para nosotros', explica Mizushima, el novio, o marido. Según esta pareja nipona, que ha hecho un viaje de 14 horas de avión para celebrar su matrimonio, en su país está de moda salir al extranjero a casarse, aunque los lugares escogidos por la mayoría, como Hawai, tienen tal saturación que se suceden decenas de bodas al día y los novios se sienten como 'un número más en la lista'.

El trato personal es el elemento fundamental que ha propiciado el auge de este hotel en la celebración de bodas japonesas. Tan personal es, que los máximos responsables del hotel suelen llevar ese día a sus familias para 'arropar a los novios'. También se invita a todos los huéspedes a la ceremonia y a su posterior celebración. Al margen de la extravagancia de la ceremonia, para muchos invitados, uno de los alicientes principales es el espectacular concierto de órgano que Antonio Linares ofrece en la capilla.