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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Dos piezas narrativas

Tras la publicación de su obra poética Del tiempo y del retorno (2001), Javier Elorrieta (Sestao, 1948) publica ahora su obra narrativa con el título Más alto que los cuervos, que reúne dos historias de diferente estructura, aunque se circunscriben a la misma estética: la recopilación de cuentos Más alto que los cuervos y la noveleta José Tarcido.

La primera recoge algunos cuentos de corte diferente. Según su autor, El licenciado, una obra sobre una relación amorosa, tierna, exagerada y encerrada en torno a una idea breve, con un estilo barroco, tiene en común con Para que sólo tú lo leas. El atrevido soliloquio de un tímido amigo, que retrata un sueño elaborado, la narración condensada de unas relaciones personales 'delirantes, apasionadas y tormentosas'.

Más alto que los cuervos: Los Libros del Laberinto

Javier Elorrieta; Santander, 2002. 130 páginas. 10 euros.

En ambas, Elorrieta parece pretender unos ejercicios de estilo que lleven al lector por una prosa cuidada, quizás algo afectada. La referencia a Borges y al Barroco produce una pista de lectura que guía al lector por la exacta geografía de la prosa enriquecida por la sensibilidad de la escritura, ahora quizás algo envejecida.

Más interesantes resultan Conversaciones después de un funeral, Más alto que los cuervos y Carambola con referencias al realismo social y a la descripción de una situación marcada por la represión y la militancia política en la clandestinidad. Aquí el estilo se comprime y la sugerencia ocupa el lugar de la opulencia verbal.

En esa misma clave realista, con ambientes de clase obrera, socialización en la taberna y compañeras silenciosas y entregadas, con la referencia a un narrador objetivo y descripción de una realidad gris y triste se elabora la novela corta José Tarcido, con una serie de relatos en torno a la vida de este personaje, sus angustias, y sus 'sueños que se quedaron en el camino'.

Hay algo de ya visto en estas narraciones, de estética que pretende la elaboración de lo real sin pasar por la fantasía, de creencia en que la literatura comprime unas vidas tristes y desastradas. El sexo ocupa un lugar liberador, el lugar que falta en el ambiente social y político.

A veces el lector tiene la impresión de que el autor es el testigo de una época turbia, negra como la soledad, injusta, en que los deseos (sobre todo si son sociales y de derecho) no se cumplen. Y que el narrador da cuenta de una miseria interior y triste, quizás algo que tuvo que ver con el ocaso.

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