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Reportaje:

La agresión racista que nunca existió

Los amigos de un menor quemado en Banyoles inventan un ataque xenófobo Los amigos de un menor quemado en Banyoles inventan un ataque xenófobo

Demba S., un niño de origen senegalés de 12 años de edad, vecino de Banyoles (Pla de l'Estany), permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del hospital de la Vall d'Hebron de Barcelona a causa de las quemaduras que sufrió en el 15% del cuerpo mientras manipulaba, el pasado viernes, un líquido inflamable en una vieja fábrica abandonada de la localidad. Temeroso de las consecuencias que pudiera originar su desgraciada travesura, inventó junto a sus compañeros de pandilla una supuesta agresión racista que nunca existió.

Banyoles, una localidad de 15.000 habitantes con casi el 10% de población inmigrante, vivió durante buena parte del día de ayer con la respiración contenida ante lo que parecía un salvaje atentado de tintes inequívocamente racistas. Por la tarde, los Mossos d'Esquadra consiguieron sonsacar la verdad a los compañeros del menor herido, que en sus relatos habían facilitado versiones muy dispares y llenas de contradicciones sobre la presunta agresión.

El grupo de niños, entre los que se mezclan sin sombra de racismo los hijos de la inmigración y los de los bañolenses de toda la vida, frecuentaba una ruinosa e imponente fábrica de pieles, Néts de J. Durall. Las inmensas naves del viejo caserón constituían el escenario perfecto para sus travesuras.

El pasado viernes por la tarde, como ya habían hecho en otras ocasiones, vaciaron el contenido de un líquido inflamable en una olla para prenderle fuego. Durante esta operación, Demba S. recibió salpicaduras. Cuando los niños decidieron apagar el fuego con la ayuda de unos cartones, una chispa hizo prender la ropa del menor.

Sus compañeros se apresuraron a sofocar las llamas, pero no pudieron evitar que sufriera quemaduras en el 15% del cuerpo. Un vehículo de asistencia médica (VAM) lo evacuó al hospital Josep Trueta de Girona, desde donde fue trasladado urgentemente al hospital de Vall d'Hebron de Barcelona.

Ivonne Valero, jefa de la comisaría de policía de Banyoles, explicó ayer que la versión de los niños originó una gran alarma social, aunque al final, con la ayuda de los mediadores de la comunidad africana, consiguieron convencer a los niños para que explicaran la verdad. La policía y los familiares acordaron que no impondrían ningún castigo a los niños.

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Ayer por la tarde, la consejera de Bienestar Social, Irene Rigau, y el alcalde de Banyoles, Pere Bosch, visitaron a Demba en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del hospital de Vall d'Hebron y hablaron con sus padres. El niño permanece en estado grave pero estable y sufre quemaduras de segundo grado superficial y profundo en la región cervical derecha, en el antebrazo derecho y en la pierna derecha, y quemaduras por salpicaduras en el tórax, según fuentes del centro hospitalario. Las mismas fuentes explicaron que el herido no padecía ninguna complicación respiratoria ni hemodinámica y que posiblemente podrá ser dado de alta dentro de una semana.

Banyoles es una localidad especialmente sensible a los episodios de violencia racista desde que en los meses de junio y julio del año 1999 dos edificios habitados por familias inmigrantes fueron incendiados intencionadamente. En el segundo caso, en la madrugada del 20 de julio, el edificio, en el que vivían unas 30 personas, fue atacado con botellas incendiarias y tres mujeres de origen gambiano resultaron lesionadas cuando saltaron por un balcón del edificio intentando escapar de las llamas. Las tres mujeres, una de ellas embarazada, sufrieron quemaduras, heridas y fracturas diversas.

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