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Los mercados de valores han entrado de lleno en plena fase de indefinición como consecuencia del rebrote de los problemas de las empresas tecnológicas, que vuelven a acudir a los despidos masivos para hacer frente a sus problemas financieros y comerciales.

En cuanto a la situación del conjunto de las grandes bolsas internacionales, ésta era la explicación que manejaban la mayoría de los analistas, que ven peligrar la recuperación económica, al menos en este segmento del mercado.

A nivel interno, son los problemas de las grandes empresas españolas en Argentina los que reclamaban la atención de los inversores. El sistema financiero argentino está más cerca que nunca de la quiebra técnica ante la falta de soluciones razonables a la cuestión de los depósitos, aunque en esta última sesión los dos grandes bancos españoles parecieron sustraerse a ese problema en particular.

Las acciones de SAN subieron el 2,05%, mientras que las del BBVA bajaban el 0,59%, lo que indica que los inversores están ahora más pendientes de los asuntos internos que de los externos, que afectarían a las dos entidades por igual. Las últimas dimisiones en el BBVA han hecho aumentar la temperatura del proceso, lo cual beneficia al contrario, cuyas acciones ganan el 11,26% en el año frente al 2,88% que bajan ya las del BBVA.

El Ibex 35 cedió ayer el 0,08% por los retrocesos del BBVA, Telefónica, Repsol-YPF y Endesa, pero este resultado no se distinguía del obtenido por el conjunto de las bolsas europeas. París ganó el 0,07%, Londres perdía el 0,58% y Francfort bajaba el 0,18% poco antes del cierre. En ese momento, la Bolsa de Nueva York subía el 0,11% y el mercado Nasdaq bajaba el 0,92%, en lo que parecía un nuevo pulso entre la 'nueva economía' y la tradicional.

El Mercado Continuo negoció 1.840,44 millones de euros.