España se queda a las puertas

Las gimnastas españolas están acostumbrándose a quedarse a un palmo de las medallas. A Elena Gómez, 16 años, le faltaron ayer 0,038 puntos para hacerse con el bronce en la final de suelo del Campeonato de Europa que se ha celebrado en Patras (Grecia), y la junior Patricia Moreno repitió puesto en el mismo ejercicio todavía más cerca del podio, a 0,012 puntos. 'Elena ha pagado la poca historia que tenemos', aseguró el seleccionador, Jesús Carballo, desde la ciudad griega, indignado por el trato de favor que, en su opinión, recibió una de las gimnastas rusas.

Si hace unos años la lucha era por meterse en las finales que reúnen a las ocho mejores gimnastas de cada aparato -salto, paralelas, barra y suelo-, ahora la gran barrera es subirse al podio. El primer aviso lo dio Esther Moya en los Juegos Olímpicos de Sydney, cuando rozó el bronce, tanto en la prueba de salto como en la de suelo.

Elena Gómez, la única que ha participado en este Europeo tras las lesiones de última hora de Alba Planas y Marta Cusidó, se clasificó el jueves para tres de las cuatro finales que se celebraban ayer: salto, barra y suelo, algo que no había conseguido antes ninguna gimnasta española. En la primera final, donde tiene un ejercicio más flojo, era casi imposible que obtuviera una medalla y acabó sexta. La segunda oportunidad, en la barra, la perdió por deméritos propios, al sufrir un gran desequilibrio en la entrada del ejercicio, lo que la hundió en la octava posición, dos puestos más abajo que en el Mundial del año pasado. Su única esperanza era la última final del día, la de suelo.

En esta ocasión no le fallaron los nervios y esta niña rubia de 1,47 metros, remató bien sus cuatro diagonales. Un 9,362 en opinión de las jueces. Tenía ya por delante a la holandesa Verona van der Leur (9,4), la revelación del campeonato por su medalla de plata individual, y aún debían salir al tapiz las dos finalistas rusas: la tri-campeona europea Svetlana Jorkina, a la que las jueces valoraron bien su simplón ejercicio (9,075) y Natalia Ziganshina.

Esta última, con la misma nota de partida que la española -9,9- y dos desequilibrios apreciables para cualquiera, recibió un 9,450 y expulsó a Gómez del podio. 'Elena sabe que merecía la medalla', subrayó Carballo, quien comunicó su malestar a la juez francesa. A lo más alto del podio se subió la ucrania Alona Kvasha.

El resto de las finales se había resuelto antes del lado ruso, que ya ganó la final por equipos el viernes: el potro para Ziganshina; las paralelas para Jorkina, que no pierde en esta prueba desde 1995; y la barra para Ludmila Ejova.

Las cuatro medallas repartidas ayer ponen fin a un campeonato muy devaluado por la ausencia de las mejores gimnastas rumanas, campeonas olímpicas, y que ha sido el segundo ensayo general del nuevo código de puntuación, que mandará hasta los Juegos Olímpicos de Atenas. Ahora es el turno de la gimnasia masculina, que celebra su Europeo, también en Patras, a partir del próximo jueves. El equipo español, en el que faltan Jesús Carballo y Gervasio Deferr, aún lesionados, viaja hoy a la ciudad griega.