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Reportaje:

Clase con la banda

Más de 3.000 escolares de Jaén participan en los conciertos didácticos

Ginés Donaire

Silbando los sones característicos de la película El puente sobre el río Kwai se despidieron los alumnos del colegio Almadén de Jaén de sus amigos los músicos. A todos ellos les costará olvidar el día en el que trasladaron su clase hasta el teatro Darymelia, donde les esperaban los 41 integrantes de la Banda Municipal de Jaén. No era para menos. Para la mayoría era su primera experiencia musical y, habida cuenta del entusiasmo que demostraron, lo cierto es que, muy probablemente, en muchos pequeños corazones de los escolares jiennenses ha anidado una relación de amor hacia la música.

Sólo echando un vistazo a la lista de espera se puede entender el éxito que está teniendo en Jaén la iniciativa del Patronato Municipal de Cultura de promover un ciclo de conciertos didácticos para escolares de 6 a 12 años. Más de 3.000 niños aguardan su turno para sentarse delante de la Banda de Música y aprender, en vivo y en directo, los secretos de cada instrumento.

'A mí me gustan los que tienen los sonidos más agudos', decía Sonia Valderas, de 10 años, mientras escuchaba las explicaciones del director de la banda, Juan Antonio García Mesas. Su compañera Ana María Torres decía sentir cierta predilección por la flauta.

Los 320 alumnos del colegio público Almadén y los 16 profesores del centro llenaron el aforo del teatro Darymelia y vibraron, sobre todo, con las sintonías de películas que les son muy familiares, como Los Picapiedra, Indiana Jones, La máscara del Zorro u otras composiciones de John Williams.

'El lenguaje de la música es universal', afirmaba el director del centro, Luis Manuel López, sin poder ocultar su satisfacción por la dosis pedagógica de esta experiencia, que permite romper con la que ha sido una de las carencias más típicas del sistema educativo español. Y es que durante años música y enseñanza han vivido, prácticamente, de espaldas.

Miguel Ángel Amezcua, uno de los profesores del centro, sugirió que el broche final debía incluir un pasacalles conjunto por las calles de Jaén entre los alumnos y los músicos. No hubiera sido mala idea de no ser porque a los integrantes de la banda municipal les esperaba a continuación otra sesión con otro colegio de la capital.

Por si fuera poco, esta misma semana la banda de Jaén ha iniciado otro proyecto novedoso con el que se quiere implicar a toda la ciudadanía del encanto de la música. Se trata de los conciertos en las plazas más emblemáticas de la capital -la primera ha sido la de la Constitución- 'para seducir a todos aquellos que no son especialmente oyentes de música o asistentes asiduos a las salas de conciertos, atrayéndolos hacia la música en particular y la cultura en general', en palabras de la concejal de Cultura, Cristina Nestares.

Esta iniciativa, que se extenderá hasta el próximo mes de julio, persigue también el objetivo de atraer público hacia las zonas comerciales de la ciudad, en un intento por contentar a unos sufridos comerciantes que llevan años aguantando las incomodidades de una ciudad tomada por las obras.

Las lagunas de la enseñanza musical

'Esta iniciativa pretende cubrir las lagunas que hay en la enseñanza musical en los colegios por falta de medios', decía el joven director de la banda jiennense, que desde que cogió la batuta hace menos de un año ha introducido un toque de modernidad en esta agrupación de músicos profesionales. Hasta 30 obras nuevas se han estrenado desde la llegada de Juan Antonio García Mesas, que ganó tres certámenes regionales de música cuando dirigía a la banda de Mancha Real. Los conciertos didácticos de la banda jiennense intercalan la interpretación de piezas cortas musicales con el diálogo con los escolares. '¿Cuál es el sonido más agudo? El flautín. ¿Y el más grave? La tuba. ¿Cuánto cuesta un clarinete bajo? Más de 7.800 euros, casi como un oboe'. Juan Antonio García Mesas no daba abasto a contestar todas las preguntas de los alumnos de Primaria. A veces, la curiosidad de los niños cogía por sorpresa a los profesores. '¿Cuánto pesa el fagot? La verdad es que no se nos ha ocurrido nunca pesar los instrumentos', reconocía el director. '¿Y cuál es la potencia de sonido de la tuba?', preguntó un niño desde los palcos del Darymelia. La respuesta se la dio el propio Martín, el profesor de tuba, con unos sones estruendosos que saciaron la curiosidad de los intrépidos alumnos. En otra ocasión Manolo Mena tuvo que demostrarles que la caja no suena igual que los tambores de la Semana Santa. Escenas como ésta avalan el éxito de la iniciativa del Patronato Municipal de Cultura con su ciclo de conciertos didácticos para escolares de 6 a 12 años.

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