Operación fin de curso triunfal
Miles de espectadores siguen a los 16 miembros de la academia televisiva en su recorrido por la geografía española
Los 16 chicos de la academia están en plena gira-excursión de fin de curso, 22 conciertos en dos meses con llenos totales. Anteayer, viernes, reunieron en el Coliseo de A Coruña a unos 12.000 espectadores, el tope del recinto, porque las entradas estaban agotadas desde hacía dos meses.
Los 12.000 previsores eran multiedad y variopintos. Había adultos con niños y sin ellos, o con ellos emancipados en la pista a ras de escenario, pero predominaba claramente la espectadora adolescente o preadolescente. Tampoco era exactamente un público de concierto, sino telespectadores que iban a comprobar la existencia en carne y hueso de sus ídolos. De hecho, el espectáculo es un programa de televisión desarrollado en un escenario (imitación del plató de la versión original en pantalla pequeña), en el que el público hace la ola o estalla en aplausos cuando aparecen los cantantes en las pantallas de vídeo antes del comienzo. Como resumió Chenoa: 'Estamos en familia, llevamos meses conociéndonos y ya era hora de que nos viésemos las caras'.
Bustamante dio rienda suelta a su sentimiento y a algún gallo: cayeron las primeras muñecas
El desarrollo del concierto imita también la evolución del programa: se presentan las ocho chicas, interpretando a coro Lady Marmalade, la primera de las canciones extraídas de la banda sonora de la película Moulin Rouge, aunque a los adultos les sonaba más de la versión de Labelle de los años sesenta ('voulez-vous coucher avec moi, ce soir?'). Después, los 16 en conjunto arrancan los primeros chillidos con Corazón espinado, de Maná (o Carlos Santana, según edades).
Las interpretaciones en solitario se van desgranando según el orden en que fueron eliminados del programa y de la memoria colectiva, con versiones de Elton John (Juan), Fleetwood Mac (Alejandro) Alejandro Sanz (Álex) o Mariah Carey (Natalia), extraídas en algún caso de sus primeros discos. Verónica cerró la primera fase con otro tema de Moulin Rouge (tímida irrupción de bengalas y tubitos fluorescentes entre el público) e inauguró la segunda, caracterizada porque la cantante saliente da la alternativa mediante un dúo al cantante entrante, en este caso Bustamante, que arrancó la primera apoteosis de los asistentes. Ya en solitario, el emotivo cántabro dio rienda suelta a sus sentimientos (Vivir sin ti, de Camilo Sesto) y a algún gallo que otro, y empezaron a caer al escenario los primeros objetos (muñecas).
El método de la alternativa-bisagra lo repitieron Nuria Fergó y Manu Tenorio, y después Chenoa con David Bisbal, evidentemente. Chenoa imitó dentro de lo posible la voz de Tina Turner (The best). El momento emotivo cumbre de la noche fue su dúo con Bisbal, un pintiparado Escondidos (pero cogidos de la mano) que acabó en apoteosis y con fundido escénico a negro. El momento musical, el regreso de Chenoa para cantar con Rosa.
Está claro que la estrella OT es la granadina, que representará a TVE en Eurovisión, y el recibimiento del público lo corroboró. Rosa cantó, un tanto excedida, Ausencia, y después, con Manu Tenorio, Santo, santo, santo. A partir de ahí, el espectáculo deriva en un ir y venir de actuantes con fórmulas de dúos o cuartetos.
La traca final, a cargo de todos, es, evidentemente, la opción de futuro, que empieza paradójicamente con un popurrí de éxitos de Eurovisión. Acto seguido, Rosa más todos interpretan Europe's... Para Mi música es tu voz requirieron de entre el público a Sara, una niña de unos doce años (seleccionada dos días antes) para que sumase su vocecita al grupo.
Dos horas y media después del inicio, con la mayoría de los asistentes henchidos de emoción y bastantes niños con cara de sueño, acabó el programa.
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