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Entrevista:PACO PLAZA | Realizador de cine

'Me gustaría que se pudiera vivir de hacer cortos'

El realizador Paco Plaza (Valencia, 1973) se encuentra en plena posproducción de su primer largometraje: Second Name, y ya está perfilando su segunda película, que llevará por título 2.000 santos. Ambos proyectos florecen después de que el joven haya dado vida a cuatro cortos: Tropismos, Tarzán en el café Lisboa, Abuelitos y Puzzles, trabajos de los que ha hablado en San Sebastián.

Pregunta. ¿Qué cuenta Second Name?

Respuesta. Es un thriller emocional, un filme de suspense e intriga sobre una chica cuyo padre se suicida. La joven investiga los motivos de su muerte y descubre cosas que le muestran una persona distinta a la que ella conocía.

P. ¿Y su segundo largo?

R. Es una historia sobre falsos milagros. Es todo lo que puedo decir por ahora.

P. ¿Cómo ha vivido el salto del corto al largo?

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R. En mi trabajo personal no hay mucha diferencia. Una vez que estás en el plató y tienes unas cámaras y unos actores, se trata de contar una historia en imágenes, y esto es lo mismo para el formato del corto que del largo. La diferencia está en la presión que sientes del entorno. No es lo mismo el listón que te ponen en un corto que en un largo que se va a estrenar comercialmente. También notas la exigencia del presupuesto. Cuando hay muchos millones, parece que sobre tus hombros tienes una responsabilidad mayor.

P. ¿El corto siempre se queda corto para un realizador?

R. Me encantaría seguir haciendo cortos. Lo que me gustaría realmente es que se pudiera vivir de hacer cortos. Mucha gente se plantearía entonces toda la vida como cortometrajista, porque es un formato muy satisfactorio, en el que tienes más libertad y manga ancha para experimentar.

P. Pero hay que vivir.

R. Llega el momento tentador en que te ofrecen una película y, de alguna manera, es algo que tenemos muy mitificado: ir a una sala, ver el cartel de la película, que la gente pague por verla... Y también está el hecho lamentable, pero cierto, de que hay que ganar dinero para vivir, y con los cortos es difícil. Pero yo no lo entiendo como jugar en primera o en segunda división.

P. ¿Seguirá con los cortos?

R. Quiero hacer uno en verano, pero ya te lo tomas de otra forma, no como una puerta hacia el largo, sino como un medio de expresión que sigue siendo muy válido.

P. ¿Qué resulta más complicado, lograr el dinero para rodar un corto o proyectarlo?

R. El corto está muy restringido al circuito de festivales o certámenes; hay muy poca explotación comercial. Entonces, el público en general ya no está habituado al formato corto y no hay demanda. No sé si es culpa de que se ha perdido la costumbre, de que los cortos son malos o de que no se apoyan. El caso es que es muy difícil para el cortometrajista mostrar su trabajo.

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