El alcalde exige que los bomberos aclaren su actuación en el incendio de Chamartín

Algo falló en la actuación de los bomberos a propósito del incendio que el pasado jueves costó la vida a cuatro personas en una finca del número 20 del paseo de La Habana. Tres de los cadáveres fueron localizados seis horas después de haber sido extinguido el fuego. El inspector jefe de los bomberos, Juan Redondo, ordenó a los 67 efectivos que reconocieran todas las viviendas del edificio siniestrado y que, en caso de que nadie les contestara, echaran la puerta abajo. Sin embargo, esto no se hizo en el ático de la familia Saavedra Castaño. El PSOE ha pedido una investigación exhaustiva del caso.

El incendio que arrasó parcialmente el edificio del número 20 del paseo de La Habana (Chamartín) se inició a las 3.35 del jueves y no fue extinguido hasta las seis de la madrugada. La virulencia de las llamas motivó que una veintena de vecinos tuvieran que ser rescatados por los bomberos desde las terrazas y las ventanas. Una familia estuvo a punto de morir por las llamas que les rodearon en la parte exterior de su vivienda.

Una vez extinguido el incendio, los efectivos desplazados al lugar comprobaron el estado del edificio y si había alguna persona retenida dentro. Al llegar al ático interior, cuyas ventanas dan a la parte posterior del inmueble, nadie les respondió. Seis horas después, un vecino comentó que había visto el miércoles a los tres integrantes de la familia Saavedra en la calle, por lo que presumiblemente estaban dentro de su casa cuando se produjo el siniestro. Dos bomberos se descolgaron por la azotea y bajaron hasta su piso, donde encontraron muertos a Ramón Saavedra Herrero, de 61 años, a su esposa Concepción Castaño, de 67, y al hijo de ambos, Luis, de 39. Estaban en el vestíbulo de la vivienda, junto con su perro Woody.

El concejal socialista Eugenio Morales asegura que en los informes de los bomberos consta que 'una vez controlado el siniestro, el inspector jefe reagrupó al personal por dotaciones y les dio órdenes expresas para que reconocieran todas las viviendas'. Además, les exigió que se internaran en las casas y 'reventaran las puertas' de aquellos domicilios en los que 'no les contestasen'.

Órdenes a rajatabla

¿Qué falló entonces en el caso de la familia Saavedra Castaño? Según Morales, este error pudo deberse a dos cosas: la primera opción sería que el inspector jefe no diese la orden que se recoge en el parte; mientras que la segunda, 'muy improbable', se debió a que el bombero que llamó a la puerta del ático no creyera necesario tirar la puerta abajo, pese a no recibir contestación. 'Me extraña mucho, porque los bomberos cumplen a rajatabla las órdenes', mantiene el edil.

Redondo aseguró en rueda de prensa, horas después del siniestro, que no ordenó tirar las puertas cuyos vecinos no contestaran, ya que eso habría supuesto derribar 32 puertas blindadas. Este dato fue negado ayer indirectamente por el portero de la finca, Pablo Maganto: 'En el edificio sólo hay puertas blindadas en tres oficinas, en un piso que está vacío y en otro cuyos propietarios viven en Bilbao y sólo vienen a Madrid algunas temporadas'. Esto reduce a seis el número de puertas, incluida la de la familia Saavedra, que hubiesen tenido que derribar los efectivos del cuerpo de extinción de incendios.

Un segundo informe del siniestro, redactado tras encontrar los tres cadáveres, relata que un vecino del piso séptimo derecha interior (situado debajo del ático) comentó en la calle que durante el siniestro había oído cómo varias personas se disponían a bajar las escaleras. Ante estas declaraciones, el Cuerpo Nacional de Policía requirió de nuevo la presencia de los bomberos para comprobar si había alguien en ese piso. 'Un cabo y un bombero descienden desde la azotea a la terraza del ático y entran por la puerta de una habitación. En el interior comprueban que había tres personas muertas y requieren la presencia del Samur', expone el informe de los bomberos.

Ante esta sorpresa, los máximos responsables de los bomberos mandan a sus subordinados que inspeccionen de nuevo todas las viviendas para comprobar 'si hay otras personas'. 'Resulta curioso que se haga hincapié entonces, justo cuando se ha encontrado ya a la familia muerta. Además, este informe viene a demostrar que existía un procedimiento [bajar por la azotea] que no requería tirar la puerta', señala el concejal Morales.

El edil socialista calificó de 'insólito' que los bomberos abandonaran el edificio sin reconocerlo a fondo. Ante 'un procedimiento tan irregular', solicitará que se investigue lo sucedido para que no se repita una situación tan grave. '¿Quién nos dice que esa familia no estaba con vida cuando los bomberos llamaron a la puerta y que quizá se hubieran salvado si hubieran tirado abajo la puerta?', se preguntaba.

Los manuales de actuación de otros cuerpos de bomberos, consultados por EL PAÍS, disponen que se comprueben todas las plantas de un edificio que haya sufrido un incendio, sobre todo las plantas superiores. 'Los efectivos deberán cerciorarse de que no haya nadie, aunque lo digan los vecinos', añade un manual.

El concejal de IU Julio Misiego calificó de 'un poco extraño' que los tres cadáveres fueran hallados varias horas después: 'No queremos criminalizar a nadie y esperaremos a los informes de los bomberos'.

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, ha solicitado 'un informe exhaustivo' a los bomberos en el que se esclarezcan las causas del incendio y su actuación en este siniestro. 'Creemos que los bomberos actuaron con total eficacia, pero al haber varias muertes queremos un informe preciso de lo ocurrido', explicó el alcalde. El informe estará listo el lunes.

Juan Redondo explicó el jueves que los bomberos actuaron 'correctamente y con eficacia', como en otros siniestros, y que sólo les quedaba 'el sabor agridulce por las cuatro muertes'.