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'Oficio de historiador'

Lejos de buscar un 'protagonismo' que 'corresponde al nuevo equipo', el rector saliente, Pedro Ruiz, apuró su última intervención pública en dibujar un escenario institucional, que facilitara la anhelada tregua institucional con la Generalitat, mediante un cuidado discurso alejado de interpretaciones en clave de 'vencidos y vencedores'.

Y así comenzó, con 'una autocrítica' abierta hacia los posibles errores de su gestión, consciente de que el solemne acto favorecía las aclaraciones.

'Sin ánimo de hacer balance, he de decir algo, aunque sea de forma breve', comenzó: 'La crítica [que ha marcado su gestión] ha de comenzar por uno mismo sin que se interprete como un signo de frustración, sino como fruto de un saludable equilibrio', aclaró Ruiz, quien se mostró 'sorprendido de que las críticas desde el mundo universitario se sigan admitiendo mal en nuestro país', en referencia a las embestidas recibidas del Gobierno del PP y de sectores conservadores por las reivindicaciones académicas abanderadas en sus ocho años como rector. Ruiz admitió que 'los problemas han sido variados' e insistió en que 'nada exime de los errores cometidos'. Pero también defendió que 'no se equivoca quien pasa a la acción'. Dicho esto se extendió con generosidad hacia 'logros colectivos alcanzados' y desde su 'oficio de historiador' se despidió con el deseo sincero de que el nuevo equipo 'acierte con el rumbo de esta Nave'. No hubo respuesta del Consell. El presidente Zaplana se limitó a anotar que 'se cierra una etapa'.

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