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Columna
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Assalam

El VII Congreso de UGT de Andalucía, que se ha iniciado este jueves en Granada, no ha podido comenzar más esperanzador. La presencia del secretario general de CC OO de Andalucía, del nuevo presidente de la CEA y del consejero de Presidencia de la Junta reflejan que las relaciones entre estos sindicatos, dañadas a nivel estatal, lo están menos en esta comunidad. También que los acuerdos con la CEA, y Gobierno andaluz, están dentro de la normalidad. Incluso el zamarreo que ambos sindicatos dieron a la Junta por el retraso en el cumplimiento de acuerdos, y del que Gaspar Zarrías se libró, con sus manifestaciones de que afectaba a un solo acuerdo y que tomaba buena nota para su solución, muestran armonía. Nada nuevo. Las relaciones entre agentes sociales, económicos y Gobierno andaluz, salvo en cuestiones puntuales, han venido gozando de buena salud.

Tal vez, por estas razones, son otras circunstancias las que llamaron la atención. La música de Assalam, antes de que nadie hiciera uso de la palabra, fue la primera. La coincidencia de todos los intervinientes en condenar la política expansionista, y criminal, del Gobierno de Ariel Sharon, otra. La intervención de sindicatos marroquíes en la jornada inaugural, una más.

Estos gestos de solidaridad en el Congreso de UGT, en un momento en el que el sindicalismo está en entredicho, por cuanto algunos lo identifican con la confrontación y la lucha de clases, son las que lo hacen grande y necesario. De ahí que, por lo escuchado, debe ser buen tiempo para que la solidaridad sindical con los inmigrantes en general, y con nuestros vecinos en particular, empiece a ser un hecho. Hasta ahora, como ha reconocido Manuel Pastrana, no se han notado los esfuerzos que se han hecho en este sentido.

Este reconocimiento, y estas notas del Congreso de UGT, trae algo de ilusión. La coincidencia sindical, y del Gobierno andaluz, permiten pensar que estamos en una coyuntura que es favorable y se pase a una acción que pueda servir para construir las bases para la integración. La CEA si actúa de acuerdo con las palabras de su nuevo presidente, que apuesta por la libertad democrática y la solidaridad, puede ser un buen complemento. Assalam, y su música, esperan la letra.

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