Oquiñena renuncia a ser 'ararteko' tras la polémica sobre su adjunto

El abogado Joaquín Oquiñena, elegido ararteko el 27 de marzo, anunció ayer, en una carta al presidente del Parlamento, Juan María Atutxa, su intención de no acudir a la toma de posesión del cargo, prevista para el viernes. Oquiñena aduce en ella que 'la discusión política' abierta en torno a la idoneidad de Alberto Buen Lacambra, propuesto por los socialistas para el cargo de adjunto, le ha colocado ante 'un grave problema de conciencia que en ningún modo quiero asumir'.

Oquiñena no se refiere sin embargo a las críticas recibidas por sus primeras declaraciones, cuestionadas por el PP y el PSE. El abogado donostiarra señala en su misiva a Atutxa que no desea ser 'objeto de controversia' y que la vinculación de su elección con un pacto político que conllevaría el nombramiento de Buen Lacambra 'me plantea un grave problema de conciencia que en ningún modo quiero asumir'.

La renuncia de Oquiñena devuelve la institución a la situación de interinidad del último año y medio, bajo la dirección de Mertxe Agúndez, y obliga a los partidos a emprender una nueva negociación. Ayer mismo el PNV, EA e IU habían pedido por carta a los socialistas que cambiaran su candidato y éstos se habían ratificado en su propuesta.

La renuncia de Oquiñena, conocida después de que los grupos que sustentan al Gobierno tripartito y el PSE hubieran puesto ya de manifiesto su enfrentamiento, ha desbaratado y convertido en un episodio lamentable lo que el propio lehendakari Juan José Ibarretxe, consideró uno de los primeros frutos de la incipiente normalización de las relaciones parlamentarias entre los grupos del Gobierno y los socialistas. El PP, que no se sumó al acuerdo para cubrir los cargos institucionales vacantes, tras conocerse ayer el desenlace, no perdió la ocasión de instar al PSE a 'aprender la lección de que por arrimarse a determinados planteamientos puede salir escaldado', según manifestó Carlos Iturgaiz.

La espantada de Joaquín Oquiñena tras la crisis abierta por sus declaraciones del lunes a Radio Euskadi , cuyo contenido no gustó ni al PP ni al PSE, y en las que además ponía en duda la idoneidad de Buen Lacambra, ha devuelto la cuestión a su punto de partida: no hay ararteko y tampoco adjunto, aunque el portavoz del PSE-EE, Rodolfo Ares, insistió ayer en que su partido no encuentra motivos para 'buscar un nombre diferente'.

Ares indicó no obstante que su grupo mantiene el compromiso de buscar un acuerdo y responsabilizó a los grupos del Gobierno de no haber comunicado a Oquiñena que su nombramiento obedecía a un acuerdo político en virtud del cual su adjunto sería nombrado a propuesta de la oposición. También dijo que tendrán que ser ellos quienes piensen en un nuevo candidato. 'Es evidente que partimos de cero', reconoció Ares, quien media hora antes de que Atutxa diera a conocer la renuncia había advertido al Gobierno de que la negativa a aceptar a Buen por los grupos del tripartito constituía el incumplimiento de un pacto y tendría 'consecuencias políticas'.

Atutxa tuvo interés en precisar que la carta de Oquiñena llegó por fax a las dos de la tarde, por lo que su decision de renunciar no guardaba relación con las advertencias del PSE, formuladas horas más tarde. El PNV y EA se pronunciarán hoy, mientras que IU consideró que Oquiñena dio 'una lección de ética y dignidad', que contrasta con la actitud de intransigencia mantenida por el PSE'.

La idoneidad de Buen

La retirada voluntaria de Oquiñena deja intacta la problemática herencia de la discusión, abierta por él pero asumida ya en público por el tripartito, sobre la idoneidad de Buen La propuesta del veterano alcalde socialista de Irún como adjunto al nuevo ararteko se conoció públicamente la víspera de que, el pasado 27 de marzo, se votara la designación de Joaquín Oquiñena en el Parlamento vasco, en virtud de un acuerdo alcanzado entre el Gobierno tripartito y el PSE-EE para designar a los integrantes de varios órganos institucionales.

La elección de Alberto Buen Lacambra la realizó la nueva dirección socialista que lidera Patxi López, tras la celebración del congreso extraordinario. La ejecutiva desechó la candidatura de Arantza Leturiondo, que había sido propuesta por los socialistas en marzo del 2000 para acompañar a Xabier Markiegi, que iba a ser renovado como ararteko, pero entonces no prosperó por falta de consenso con los nacionalistas. Leturiondo es en la actualidad secretaria general del Tribunal Vasco de Cuentas y está alineada en la corriente de Nicolás Redondo Terreros, que resultó perdedora en el congreso de San Sebastián.

El PSE quiso darle a Buen una salida digna, ya que no repetirá en las próximas elecciones, pero su designación levantó, sin embargo, todas las alarmas entre el colectivo de mujeres defensoras del Alarde Mixto como un desfile integrado por hombres y mujeres. Este colectivo no olvida que, pese a los informes y recomendaciones del Ararteko favorables a la celebración de esta fiesta sin discriminaciones, el todavía hoy alcalde de Irún las desoyó, incluso el pasado verano, y autorizó la celebración del denominado Alarde tradicional, en el que únicamente desfilan hombres como soldados.

'No nos íbamos a resignar a que se le eligiera en ese cargo', declaró ayer la miembro del colectivo y ex edil de EA en Irún, Maribel Castelló. 'Él no responde al perfil que exige el cargo', añadió. Desde el primer momento estas mujeres se movilizaron y, además de protestar a través de los medios de comunicación, se pusieron en contacto con los tres partidos del Gobierno tripartito, así como con el PSE-EE, para intentar frenar el nombramiento. También hablaron con Joaquín Oquiñena, el nuevo Ararteko. 'Le advertimos de que le estaban metiendo un gol', afirman.