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FÍSICA

Física y vida cotidiana

Un profesor universitario idea la manera de impartir de forma amena la materia de física usando juguetes y objetos corrientes

Estaba harto de escuchar lo difícil que es enseñar física, interesar a los alumnos en gases, tiros parabólicos y campos magnéticos. Por eso el profesor de Física de la Universidad de Murcia Rafael García Molina decidió hace cinco años dejar sin argumentos a sus colegas. Comenzó la búsqueda de juguetes, regalos y objetos cotidianos para explicar la física. Descubrió que hay pocas cosas que no sirvan porque, afirma, 'se puede enseñar y entretener con la física, que nos asoma en todas partes'. Peonzas, globos, artículos de regalo, botellas, anillas de latas de refresco, cualquier cosa sirve.

García Molina es un caso puntual y muestra que no todo tiene por qué ser negativo en la enseñanza de las ciencias. No todos los profesores entienden que los alumnos comprenden mejor Arquímedes y Pascal realizando un buzo cartesiano con una botella de plástico y una bola de papel de aluminio que en la pizarra. La colección de estos objetos es ahora 'un vicio'para este alicantino de 44 años. Un vicio que le ha llevado a Holanda la semana pasada, donde ha participado en el segundo congreso europeo sobre la enseñanza de la física. Enseñó su proyecto, Enseñando física con una sonrisa.

Está convencido de que la física no es una asignatura fea y de que, con un poco de esfuerzo por parte del profesorado, los alumnos podrían recordarla con gusto al terminar la enseñanza. 'Todo el mundo recuerda la historia del arte como algo bonito, ¿por qué no la física?'. Y se responde: 'Es una asignatura difícil, por eso hay que hacer un esfuerzo para hacerla comprensible'.

Pide a los docentes más implicación: 'A muchos profesores de secundaria les falta vocación docente. Mucha gente termina la carrera de química o de física y encuentra que la enseñanza es la opción más sencilla, pero realmente no les interesa'. Y añade: 'Para enseñar, no basta con tener los conocimientos, que se consiguen, y de sobra, en la carrera'.

García, que en conferencias y cursos ha llevado sus experiencias a profesores de secundaria, asegura que los que acuden 'salen convencidos de la necesidad de amenizar y facilitar la teoría'. Sin embargo, sabe que ' los que van nunca son muchos y son los que ya estaban interesados, la mayoría se mantiene al margen'.

Él es físico teórico y su campo de estudio es la interacción de partículas cargadas con la materia. Predica con el ejemplo. Dice que no es raro verle por la facultad con juguetes y artilugios para enseñar 'física pura y dura'. 'Cuando llevas un chisme extraño, se nota enseguida que la clase presta atención', comenta. Da clases en primero de química y asegura que muchos de los estudiantes 'llegan sin saber ni la física básica. La mayoría parte casi desde cero'.

García ha sido uno de los 24 físicos españoles que acudieron al congreso de Holanda, y el único ponente español. 'Además de las ponencias, hubo shows para demostrar lo divertida que puede ser la física'. Entre los organizadores estaba la Agencia Aeroespacial Europea (ESA), el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), el Observatorio Europeo Austral (ESO) y la Sociedad Europea de Física. García Molina critica la baja implicación española en el congreso: 'Sólo unos 40 físicos presentamos una propuesta'.

Asegura que también se puede explicar física más compleja con estos juguetes. En un mercadillo, dice, se venden principios de la teoría de la criticalidad autorganizada. 'Al volcar las dos placas de vidrio que contienen arena coloreada, se ven los aludes y los sucesos catastróficos que estudia esta rama'.

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