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Reportaje:

En busca del río escondido

El Port de la Selva recurre a la leyenda para tratar de combatir la sequía

Una leyenda oral muy arraigada en toda la comarca del Alt Empordà habla de la existencia cierta de un caudaloso río subterráneo que nace en el Canigó y desemboca en el Cap de Creus.

Esta creencia popular, pese a tener una más que escasa base científica, surgió a partir de la existencia de una fuente que mana permanentemente en las montañas en las que se halla el monasterio de Sant Pere de Roda y de otro manantial del Cap de Creus, en Cala Culip.

Genís Pinart, el alcalde de El Port de la Selva, un municipio que vive aquejado de una persistente sequía, asegura que un zahorí ha localizado el cauce subterráneo y está dispuesto a iniciar las prospecciones geológicas en la montaña para excavar un pozo salvador.

El alcalde asegura que un zahorí ha localizado el cauce subterráneo

'Las leyendas, aunque se deforman con el paso del tiempo, se sustentan a menudo en una base sólida', afirma Pinart.

El alcalde asegura que la necesidad les ha abocado a confiar en la leyenda: 'Cuando el médico ya no puede hacer nada, hay quien recurre al curandero o quien se va a ver a la Virgen de Lourdes', afirma serio e impertérrito Pinart.

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El consistorio está a la espera del permiso de la Agencia Catalana del Agua (ACA), dependiente del Departamento de Medio Ambiente, para iniciar unas prospecciones que tendrán un coste de unos 12.000 euros (aproximadamente unos dos millones de pesetas). 'El beneficio para la población puede ser tan grande que vale la pena arriesgarse', se justifica Pinart.

El zahorí que ha colaborado con el consistorio, un adivino de la zona que posee, según el alcalde, un porcentaje de aciertos superior al 95%, asegura haber localizado el punto exacto en el que se debe iniciar la prospección, a unos 250 metros de profundidad. No obstante, la ciencia descarta rotundamente que, de producirse el hallazgo, éste constituya un manantial de gran magnitud, y mucho menos inagotable.

En los últimos cuatro años, la localidad de El Port de la Selva ha visto incrementarse el nivel de salinidad de sus aguas y ha asistido a un preocupante proceso: la disminución del índice de lluvias en paralelo altiempo que se disparan los consumos. De los 890 litros por metro cuadrado caídos en 1995 se ha pasado a los 430 litros del pasado año. Por otra parte, el consumo de agua era de 280.000 metros cúbicos en el año 1995, mientras que el año pasado se llegó a los 460.000 metros cúblicos.

El problema de El Port de la Selva es extensible a buena parte del Empordà. Las segundas residencias, con un abundante despilfarro de agua en piscinas y jardines, constituyen una auténtica sangría en las épocas veraniegas.

Pinart, como muchos otros alcaldes de los consistorios de la zona, se plantea tener 'bajo tutela' los chalés con consumos excesivos. Dejando al margen las leyendas salvadoras, lo cierto es que agrupaciones ecologistas como la ANG e IAEDEN alertan una y otra vez de que las desaforadas previsiones de crecimiento urbanístico de algunas poblaciones ampurdaneses se hacen de espaldas a la creciente sequía que afecta al territorio.

Según informó el alcalde de El Port de la Selva en una reciente reunión con los vecinos en la que se debatió la necesidad de restricciones, la Agencia Catalana del Agua, que preside Marta Lacambra, está incluso estudiando una fórmula pionera para potabilizar el agua de la depuradora del municipio y hacer que resulte apta para el consumo de boca.

Pinart insistió en que si esta iniciativa prosperase, el agua estaría sometida a un riguroso control sanitario.

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