Los nuevos juniors logran la plata

En 1998, una generación gloriosa para el baloncesto español, la de Gasol, Navarro y Raúl López, los juniors de oro, se dio a conocer al mundo ganando el torneo de Mannheim, el mundial oficioso para jugadores de 18 años. Cuatro años después, una nueva generación española, liderada por Jan Martín (pívot de 2,02 metros), hijo del fallecido Fernando Martín, y el jugador del Fórum Fernando San Emeterio, a punto estuvo de imitar a sus veteranos. Después de superar en una magnífica semifinal a Estados Unidos (83-78, con 38 puntos de San Emeterio, escolta de 1,96 metros), la selección dirigida por Carlos Sergio disputó, y perdió, la final con la potentísima Grecia, un equipo con siete jugadores de más de dos metros, a la sombra del que llaman Baby Shaq, Scortsianitis, un pívot negro de 2,08 metros (26 puntos ayer), y del experimentado alero Peperoglu, que anotó 37 puntos en la final.

España llegó a mandar por ocho puntos a falta de cinco minutos, pero los griegos empataron a falta de 1.30m y al final, gracias a su acierto desde la línea de personales (ocho de ocho) machacaron a los españoles.

Pese a la derrota, los españoles, que las próximas semanas disputarán el preeuropeo en la República Checa, dieron a conocer al mundo a nuevos nombres, jugadores que quizás puedan triunfar en las grandes ligas, como antes de ellos hicieron Quim Costa, Epi, Iturriaga, Romay, Magic Johnson, Eddie Jonson, Andrés Jiménez, Fernando Martín, Cutura, Sabonis, Petrovic, Divac, Kukoc, Radja, Danilovic, Marciulonis, Jasikevicius, Tim Duncan, Turkoglu, Vince Carter o Gasol, todos ellos revelados por el torneo de la ciudad alemana en que nació Albert Schweitzer.