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CiU presenta al Parlament su proyecto de autogobierno entre reproches

El documento sobre autogobierno del Gobierno catalán entró ayer en la comisión correspondiente del Parlament de la mano del conseller en cap, Artur Mas, y la consejera de Gobernación, Núria de Gispert. Todos los partidos dicen confiar en que habrá un texto final único, pero se echan en cara reproches y ponen reparos mientras miran de reojo las elecciones autonómicas que se avecinan. La comisión dispone de tres proyectos: el de la izquierda propugna la reforma de la Constitución y del Estatut, y es coincidente, excepto en esos puntos, con el del Gobierno de CiU. Además de estos dos textos hay un tercer documento, el del PP, que sugiere, más que ampliar, mejorar el ejercicio de las competencias. No debería, pues, ser difícil una síntesis del documento de la izquierda (socialistas, republicanos y ecosocialistas) y del de CiU.

No obstante, el hecho de que el autogobierno se haya convertido con frecuencia en una arma arrojadiza político-electoral fomenta recelos y hace difícil aventurar cómo será la criatura que debe alumbrar la comisión de autogobierno.

Artur Mas expresó, por ejemplo, sus tres condiciones o fronteras: 'No queremos rebajar nuestra propuesta; debe aprovecharse el camino más fácil [no reformar la Constitución ni el Estatut] para abrir caminos, y ser coherente para que en Cataluña y Madrid se defienda lo mismo', en referencia al PP y el PSC. Mas aseguró que su propuesta está abierta a todas las fuerzas, y todos los partidos la recibieron bien. 'No puede haber más que coincidencias', sintetizó el presidente de ICV, Rafael Ribó, quien reprochó al consejero Mas que no diera respuesta a su pregunta de si el texto que salga de la comisión será votado por el pleno. 'No ha respondido al cómo, con quién y cuándo', agregó. El portavoz del Grupo Socialista, Joaquim Nadal, criticó las 'fronteras' puestas por CiU: 'Parecía que Mas nos estuviera diciendo: o nuestro documento o ninguno'.

Acuerdo inviable

El portavoz de ERC, Joan Ridao , lamentó que la propuesta convergente surja cuando el presidente del Gobierno, José María Aznar, ha cerrado la puerta a una negociación bilateral con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. 'ERC ha sido libre para que se desperezara la izquierda y CiU en este asunto del autogobierno', concluyó. El popular Alberto Fernández propuso que se emplearan mejor las competencias.

Si Mas puso fronteras, el presidente del PSC, Pasqual Maragall, fue el único que verbalizó lo que algunos desde la izquierda tenían en mente pero no dijeron: 'CiU no querrá el acuerdo'. 'Pasará lo mismo que con la televisión, porque cuando llegamos a un acuerdo, CiU se ve en la obligación de romperlo; su amor propio le dice que no es aceptable que ceda a las pretensiones de la oposición, de Maragall', agregó.

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