Palabras a una hija que no tengo
Entornaré tus ojos si prometes soñarme.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
Cuando sepas hablar, identifícame;
diciéndome papá ya habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
Acepta golosinas de los desconocidos
-no está el mundo como para negarse-;
pero apréndete esto lo más pronto que puedas:
lo habitual es el odio, o que te ignoren,
y no los caramelos.
Te enseñaré a leer fuera del aula,
y llegada la hora quiero que escribas mar
sobre los azulejos del pasillo.
Cuando por vez primera cruces la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.
No creas que, en el fondo, no soy un optimista:
si no lo fuera, entonces no estarías allí
cuidando que te cuide como debo.
Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora;
existe la alegría, pero duele.
Tendrás que conseguirla.
Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) es autor de los libros de poemas Métodos de la noche (Hiperión) y El jugador de billar (Pre-Textos). Acaba de obtener el Premio Hiperión con Tobogán.