'Folls', 'orats' e 'ignoscents'
Una muestra recoge en la Galería del Tossal de Valencia la historia del hospital General de la ciudad
Pocos de los cientos de estudiantes que a diario traspasan el elegante arco gótico que da acceso a la biblioteca municipal Nicolau Primitiu de Valencia saben que hace seis siglos a su alrededor no encontrarían más que enfermos.
Pocos de los cientos de estudiantes que a diario traspasan el elegante arco gótico que da acceso a la biblioteca municipal Nicolau Primitiu de Valencia saben que hace seis siglos a su alrededor no encontrarían más que enfermos. Las estanterías, libros, mesas y sillas de las salas de lectura ocupan la que fuera quadra del mal de febres del antiguo Hospital General y se encuentran al lado de la antigua quadra del mal de siment, el pabellón levantado en el siglo XVI sobre el que se ha edificado el Museo Valenciano de la Ilustración y que se destinó al tratamiento de los pacientes de sífilis, enfermedad que causaba numerosas bajas en la época,
Dice la leyenda que el origen del centro está en el siglo XV, cuando fray Juan Gilabert Jofré, impresionado tras ser testigo de las agresiones que propinaba un grupo de jóvenes a un enfermo mental, poco antes de su sermón en la catedral, expuso desde el púlpito el 24 de febrero de 1409, la necesidad de crear un hospital donde pudieran ser acogidos todos los 'folls e ignoscentes'. Poco después se creaba junto a la acequia de Favara, en los terrenos de un jardín el hospital para 'ignoscents, folls e orats', uno de los primeros centros psiquiátricos europeos.
Una exposición que se exhibe en la Galería del Tossal de Valencia recorre la historia del centro, que se convirtió en el hospital general de la ciudad y muestra numerosos testimonios, en forma de objetos recuperados en excavaciones arqueológicas, vídeos documentales y recreaciones de lo que fue el centro por ordenador que dan testimonio de lo que un día fue la atención sanitaria en la ciudad.
La exposición repasa la posterior fundación en 1512 del hospital General una institución laica y autónoma, surgida de la necesidad de racionalizar la asistencia sanitaria bajo la protección de la ciudad y su consejo y financiada por legados, herencias, donaciones y limosnas de los ciudadanos, más las aportaciones de la ciudad y el arzobispado. A la salas de enfermos mentales se añadieron las destinadas al mal de febres, de siment y de nafrats (heridos), junto a las dependencias auxiliares, que ocupaban un gran triángulo delimitado por las calles de Quevedo, Guillem de Castro y del Hospital.
El hospital fue consolidándose y creciendo hasta llegar a ser la sede de la facultad de medicina. En 1849 el conjunto de los edificios sanitarios pasaron a depender de la Diputación de Valencia y en 1962 se produjo el traslado a las dependencias actuales del Hospital General Universitario de Valencia, un momento que recoge la exposición con la presencia del general Franco en una Valencia en blanco y negro.
Gran parte de la información recogida proviene de las excavaciones arqueológicas practicadas a los terrenos tras el traslado del centro y su rehabilitación. La muestra incluye los restos de una vajilla elaborada con pasta de cerámica de manises, de la que los médicos del centro medieval se desprendieron como respuesta a un importante proceso infeccioso, según las creencias de la época sobre las vías de transmisión del contagio. También se pueden contemplar restos de azulejos tardorrenacentistas, barrocos o roccocó que acondicionaban las estancias del centro, monedas medievales, jarras de loza, o ampollas de vidrio destinadas a las unciones mercuriales, el remedio con el que se trataba la sífilis en el siglo XVI.
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