El Ejército, contra la droga

La noticia facilitada por un responsable del Servicio de Cooperación Internacional del Plan Nacional sobre Drogas sobre el apoyo que prestará el Ejército en la lucha contra el narcotráfico en la costa malagueña, me produce satisfacción y estupefacción acumulada. ¡Ya era hora de que nuestro Ejército hiciera algo útil en casa!

Soy de los que piensan que el mantener una organización de ese calibre es un mal necesario. No sabemos, sobre todo en tiempos pasados, cuántas guerras se han podido evitar demostrando que se es fuerte y se está preparado para repeler una agresión externa. Es el principio que justifica su existencia, pero de ahí a tener a decenas de miles de hombres y mujeres cobrando a final de mes, vestidos, mantenidos y todavía hoy con injustificables privilegios sin hacer nada positivo por la sociedad que no sea 'suponerles' que están preparados para una remota eventualidad, me parece un desperdicio y un gasto inasumible, ayer, hoy y siempre.

El papel de nuestras Fuerzas Armadas en la última década se ha visto prestigiado por las intervenciones llevadas a cabo en los conflictos de la Europa del este y, además, no está mal como entrenamiento, pero siempre me pregunto lo mismo: ¿Para qué sirve nuestro Ejército en España? ¿Porqué no asume tareas cotidianas que ayuden a atajar los problemas internos que son muchos? El catálogo es amplio: narcotráfico, terrorismo. Seguridad, en una palabra; también es una forma de entender la defensa.

Caso de confirmarse la participación del Ejército en la lucha contra el narcotráfico, cosa que celebro, la pregunta que se origina a continuación es: ¿Por qué no lo ha venido haciendo desde mucho antes...?

Aunque aún le queda mucho por emprender y recuperar, viva la incorporación al mundo laboral de nuestro glorioso Ejército. ¡Ya era hora!