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Entrevista:ÁLVARO AMANN | Consejero de Transportes y Obras Públicas

'Hay que lograr que a los conductores les resulte incómodo usar el coche a diario'

Álvaro Amann (Vitoria, 1949) está dispuesto a terminar con el colapso que día sí, día también viven las carreteras vascas. Para el consejero de Transportes y Obras Públicas la solución pasa por reequilibrar el peso que en la actualidad tiene la red viaria frente a otros medios de transporte. Para lograrlo, sus dos apuestas son claras: fortalecer la red ferroviaria y aplicar medidas para disuadir a los conductores de usar el coche a diario.

Pregunta. ¿Cuáles son sus principales retos para esta legislatura?

Respuesta. El gran objetivo es la definición de lo que tiene que ser el transporte sostenible en Euskadi. Otra gran política es poner en funcionamiento un Servicio Vasco de Meteorología.

'Sería un éxito conseguir que el 30% de las mercancías se transporte por tren'
'La primera piedra de la Y ferroviaria podría ponerse este mismo año'

P.¿Cómo se puede concienciar a los ciudadanos de la importancia de que usen más los transportes públicos en lugar de sus vehículos particulares?

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R. La realidad propia y del día a día es la principal concienciación. El ciudadano cada vez es más consciente de la enorme densidad de tráfico que existe en Euskadi, lo que a la menor incidencia provoca situaciones de colapso. Y eso pasa un día sí y otro también. Así no podemos seguir.

P.¿Cuáles son las posibles alternativas?

R.El transporte colectivo por lo que se refiere a los pasajeros y, por otra parte, otras modalidades de transporte de mercancías, como el tren y el barco, que equilibren el peso de la carretera. Es un debate que ya se ha instalado en Europa y en todo el mundo.

P. ¿Cuál es el plazo que se ha marcado su departamento para lograr ese equilibrio?

R.El esfuerzo de reequilibrio se va a realizar en los próximos 15 años. El plazo es tan amplio porque no sólo se trata de una cuestión de concienciación, de cambios de hábito, sino también de la existencia de unas infraestructuras que realmente sean una alternativa. Algo que no ocurre con la infraestructura ferroviaria que ahora mismo tiene Euskadi.

P. ¿En qué fase se encuentra el proyecto de la Y ferroviaria?

R. En el tema del ferrocarril mantenemos dos líneas de trabajo. Una de la propia comunidad, que dispone de su propia empresa ferroviaria como es el caso de Euskotren. Se está realizando una recuperación de este tipo de transporte, que se verá ampliado próximamente con un convenio muy importante con Feve para intentar recuperar toda la ruta transcantábrica, desde Ferrol hasta Hendaya. La otra línea de trabajo es la renovación de las redes de alta capacidad, la conocida como Y vasca, algo que compete al Ministerio de Fomento y a la Unión Europea. El Gobierno vasco se había marcado como objetivo poner la primera piedra del proyecto en 2001. Ese año se podía haber organizado un concurso para los proyectos de obra, pero no ha podido ser debido al proceso electoral que se cruzó por el medio [las autonómicas del 13 de mayo]. Las elecciones, desgraciadamente, suelen paralizar los procesos administrativos. Según lo veo ahora, en cualquier momento se puede producir el primer concurso de proyecto para la nueva red ferroviaria en un tramo en concreto.

P. ¿Y para cuándo espera la simbólica primera piedra?

R. Cada vez está más cerca. Si los proyectos se hacen en el mismo plazo de tiempo que se están realizando en otras zonas de España, esa primera piedra podría ponerse este mismo año.

P. La incorporación de IU al Gobierno vasco conllevó una polémica en torno al proyecto de la Y ferroviaria. ¿En qué ha quedado todo?

R. Se está haciendo una relectura de la declaración de impacto ambiental realizada por el Gobierno central. Esa declaración supuso muchos años de trabajo. No hay que alarmarse si en el proceso de construcción de la nueva red sufre modificaciones. Si de la relectura se desprende la necesidad de una variación, siempre que esté dentro del proyecto aprobado, no habrá problema. Lo importante es que los tres partidos que integran el Gobierno vasco apuestan por el transporte sostenible y por el ferrocarril.

P. El 85% del tráfico de mercancías se realiza actualmente por carretera. ¿Qué porcentaje debería llevarse el ferrocarril para lograr un transporte más racional?

R. Pues doblar lo que en este momento representa el ferrocarril y llegar a un 30%. La carretera es hoy en día más versátil que la red ferroviaria.

P. ¿Y respecto al transporte de pasajeros?

R. Puede ser mayor del 30%. En la política sostenible para el transporte de pasajeros no sólo tiene que haber una oferta importante, sino que se debe acompañar de una serie de medidas disuasorias del uso del vehículo privado.

P. ¿Cómo se van a concretar esas medidas?

R. De lo que se trata es de hacer que a los automovilistas les resulte 'incómodo' el uso diario del vehículo privado para ir, por ejemplo, a trabajar. La UE va en esa línea. Habrá que estudiar fórmulas y aplicarlas de inmediato.

P. ¿Está llegando a su final la construcción de carreteras?

R. Con el último Plan General de Carreteras se completan las necesidades del sistema viario. Cada estoy más convencido de que los problemas del transporte en Euskadi no se resuelven haciendo carreteras. Al contrario, se empeoran las cosas. Cuando un ciudadano se entera de que se va a construir una carretera, lejos de abandonar su vehículo se anima a recuperarlo porque se le va a facilitar el acceso desde la carretera a donde quiera ir. Por eso, hacer carreteras es un mensaje absolutamente negativo si lo que pretendemos es conseguir un transporte sostenible. En mi opinión, el escenario de las carreteras en Euskadi ha llegado a su final.

P. ¿Cuáles son las perspectivas para lograr el traspaso de la A-68, la autopista Vasco-Aragonesa?

R. Es una transferencia que tiene su complejidad, porque la transferencia quedaría pendiente de dos administraciones. Pero con el traspaso de la A-8 [Bilbao-Behobia] a Euskadi se marcó un criterio de lo que hay que hacer con las autopistas entre el Estado y la comunidad autónoma. Las carreteras son perfectamente transferibles y, por lo tanto, es una cuestión de voluntad política.

P. En la búsqueda de alternativas a la carretera, ¿también se encuentra la potenciación de los puertos pequeños?

R. Así es. Esos pequeños puertos, tipo Bermeo, sirven perfectamente para unos tráficos concretos, que pueden resolver ciertos problemas a empresas afincadas en su entorno. Son pequeñas escalas de transporte que se van a potenciar. El primer caso ha sido el del puerto de Bermeo, que ha generado empleo y ha aumentado su actividad comercial. Ahora sólo nos queda completar el acceso ferroviario.

P. ¿Cómo son sus relaciones con el Ministerio de Fomento?

R. Muy buenas. La puesta en marcha de proyectos de la Y ferroviaria exige que se mantenga este grado de sintonía.

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