El RACC cambia de geografía
La entidad catalana explota el resto del mercado español para intentar alcanzar el millón de socios y se diversifica para subsistir
El nombre no siempre hace la cosa. El casi centenario Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) ha desechado, tras valorarlo, un cambio de denominación, pero ya es prehistoria su arranque como simple miniclub catalán de pruebas deportivas. Si a esta condición se acotó su ambición hasta los setenta, hoy el RACC es una empresa mediana que ofrece distintos servicios en toda España. Lo mismo compite con Viajes El Corte Inglés que con la aseguradora Mapfre. Presume de liderazgo en número de socios (suma 750.000), emplea a 1.236 personas e ingresa 318,54 millones de euros (53.000 millones de pesetas).
Los motores de la expansión del RACC, que como gancho de imagen fuera de Cataluña tiene su implicación en eventos deportivos de primer orden como el Gran Premio de España de Fórmula 1 o el Rally Costa Brava, se calentaron hace cuatro años, fruto de la pura necesidad. Josep Mateu, principal catalizador de este cambio de chip geográfico, lo explica así: 'Esto es un club sin ánimo de lucro, sin accionistas ni ampliaciones de capital. Las inversiones para crecer sólo proceden de los recursos que genera el propio club'. El beneficio neto del RACC es pequeño (2,4 millones de euros) en relación a los ingresos. 'Para subsistir hacía falta generar más recursos, y el potencial del mercado español estaba y está ahí', añade Mateu.
El gancho que facilita la expansión del RACC en el resto de España es su respaldo a pruebas deportivas de renombre
El 12% de los ingresos del RACC, que han crecido a un ritmo anual del 25%, se genera ya fuera de Cataluña. También fuera se captaron, en 2001, 80.000 de los 149.000 nuevos socios (un salto del 25% respecto del ejercicio anterior). Y 8,4 millones de euros de los 15 millones invertidos el año pasado sirvieron para financiar nuevas oficinas, de las que sólo un 5% se abrieron en Cataluña.
La expansión por el resto de España, que ha multiplicado la plantilla por dos en cuatro años y ha situado en 159 el número total de bases de asistencia (60 de ellas propias y el resto de la mano de un socio local), se ha desarrollado en paralelo a un plan de diversificación. Tras las siglas del RACC se esconden servicios de asistencia en carretera, de emergencias domésticas o de imprevistos en viajes. Pero también la primera correduría española por pólizas de automóvil (casi 800.000), una agencia de viajes con atención gratis día y noche o una red de 59 autoescuelas, entre otros servicios. Las cuotas de afiliación generan un 35% de los ingresos; los seguros, un 45%, y los viajes, el resto. El reto del RACC, que se propone alcanzar el millón de socios en 2003, es implicarse más en los seguros de salud, que hoy como corredor ya vende, y, sobre todo, en palabras de Mateu, 'crear sentido de pertenencia al club'.
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