Sin un rasguño

Una niña de ocho años salvó la vida ayer en el naufragio de una barca recreativa en Roses gracias a la bolsa de aire que quedó bajo la embarcación volcada. Los acompañantes de la menor, todos de nacionalidad alemana, lograron abandonar a nado la embarcación, mientras que la pequeña quedó atrapada en el interior durante unos 40 minutos hasta que pudo ser rescatada.

Los efectivos de rescate se pusieron en marcha poco después de las once de la mañana de ayer, cuando recibieron una llamada de aviso de un particular a los Mossos d'Esquadra. La embarcación, de unos cinco metros de eslora y tripulada por cuatro turistas alemanes, naufragó a causa del mal tiempo a las 11.10. Al parecer, el fuerte oleaje originó el vuelco de la barca.

El siniestro ocurrió a muy poca distancia del puerto marítimo de Santa Margarita, en Roses (Alt Empordà). Los tres adultos que viajaban en la embarcación pudieron salir a nado y llegar a zona segura para dar aviso del accidente. El oleaje y la posición de la embarcación les imposibilitó intentar el rescate de la niña. Ante el temor de que la pequeña pudiera fallecer, se emprendió una acción de rescate arriesgada. Se lanzaron varias veces cables desde un helicóptero, aunque la fuerte marejada dificultaba enormemente una operación compleja que requiere buenas condiciones atmosféricas.

Después de diversos intentos infructuosos, la embarcación, arrastrada por la fuerte marejada, se aproximó a la orilla. Esta situación propició que se intentara un nuevo sistema de salvamento atando un cable de la embarcación a un vehículo todoterreno de los Mossos d'Esquadra que se había situado en la arena de la playa. Un agente de los Mossos, con enorme riesgo para su integridad física, tuvo que lanzarse al agua para atar el cable a la embarcación.

Una vez la embarcación pudo ponerse en tierra, se le dio inmediatamente la vuelta y se advirtió que en el interior de la cabina había quedado una bolsa de aire que permitió sobrevivir a la pequeña. Familiares y agentes temieron un desenlace fatal hasta el último momento. Finalmente, el mejor premio para los rescatadores fue contemplar el perfecto estado de salud de la niña de ocho años -aparentemente sin un rasguño-, aunque era evidente su elevado grado de nerviosismo. La niña fue atendida en la playa por una ambulancia medicalizada y, aunque no se le detectó ninguna lesión, fue trasladada a un centro médico para efectuar una revisión más completa.

En la operación de rescate participaron unidades de los bomberos de Roses, Figueres y Llançà, de Salvamento Marítimo de la Guardia Civil, Cruz Roja, Protección Civil y la Policía Local de Roses. Fuentes de Protección Civil informaron ayer de que durante la pasada jornada el fuerte oleaje desaconsejaba los paseos marítimos.