Un 'plus' de calidad

Resulta paradójico que, mientras los mercados europeos, con Alemania a la cabeza, se disputan por conseguir vinos ecológicos nacidos en la Península, el mercado doméstico apenas le presta atención y no le confiere la relevancia que merece. Así bodegas pioneras en la viticultura ecológica como Albert i Noya en el Penedés o de la que hoy nos ocupa, Navarrsotillo en La Rioja, son elaboradores que no han conseguido ser profetas en su tierra y sus ventas y éxitos provienen fundamentalmente del exterior.

La agricultura ecológica apuesta por la obtención de frutos de calidad mediante técnicas de bajo impacto ambiental y de esta manera aprovechar al máximo sus recursos naturales. Con esta forma de trabajo se evita la contaminación del suelo y de las aguas al no utilizar abonos y plaguicidas químicos.

En Bodegas Navarrsotillo entienden sus vinos de calidad desde la viticultura ecológica. Para ello disponen de 60 hectáreas de viñedo propio del cual proceden todas las referencias que sacan al mercado. Su blanco joven Noemus está elaborado con la variedad viura, un canto al vino fresco de aromas frutales con un paladar también fresco y untoso.

Sus tintos jóvenes se reparten entre la maceración carbónica y el método tradicional de despalillado en su elaboración. Son mostos en los que la fruta alcanza la máxima expresión. En sus crianzas, tampoco defrauda y después de una selección elabora su Magister Bibendi crianza 1999, un vino de coupage de tempranillo y garnacha. Viste un color rojo cereza y ofrece un aroma profundo de frutas y buenas maderas que le sitúan a la altura de cualquier buen crianza convencional.

Estos días anda Navarrsotillo enfrascada en sacar al mercado un varietal de garnacha centenaria y en ampliar su catalogo con un reserva de coupage tradicional. La viticultura ecológica no nos priva de buenos caldos, sino al contrario, añade un plus de calidad al cual no debemos renunciar.