Caos circulatorio
Y ahora se enfrenta a una ciudadanía poco acostumbrada a dejar el coche en casa, con unos hábitos de vida muy dependientes del uso del vehículo particular, poco contenta con un transporte público incapaz de ser eficaz con las calles invadidas por coches, poco sensibilizada con los problemas sociales y medioambientales que genera el abuso del coche y, para colmo, cabreada cuando se hacen obras en las calles.
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