Lugar de paso
El Lugar de paso, al que se refiere el título, conforma la esencia de la poesía de José Fernández de la Sota, una de las voces fundamentales de la lírica vasca del momento actual: 'La poesía, acaso,/ sea el mejor refugio, pero, como la vida,/ la poesía sólo es un lugar de paso'.
Desde la precariedad en que se instala el autor con respecto a la finalidad de su creación poética, surge el tono, entre irónico, sarcástico y paródico de Fernández de la Sota, y por irónico y descreído, también moralista.
Lugar de paso, como la vida misma, es un título que se ha hecho esperar y que se publica con retraso, con respecto a la fecha que se imprime como momento de la publicación. Pero el tiempo sólo aumenta el interés por esta antología que recopila el trabajo poético del autor bilbaíno desde 1989.
En el libro pueden encontrarse poemas de sus cuatro libros: Te tomo la palabra (1989), La gracia del enano (1994), Esto no es un soneto (1996), Todos los santos (1997), más una pequeña muestra de inéditos que dan noticia de los nuevos caminos por los que puede ir la obra de Fernández de la Sota. Desde las primeras ediciones que corresponden a las publicaciones de premios literarios, hasta la aparición de ese último libro en Hiperión, el autor ha ido trabajando una línea personal, que debe mucho de su estética a Blas de Otero en los juegos de palabras, en la ironía con la que se presenta. Fernández de la Sota: 'Llueve sobre la villa una vez más/ como en cursiva sobre gris papel./ Abril mediado y como siempre cruel/ en los versos de Eliot y de Blas'.
Desde este punto de vista el poeta bilbaíno trabaja una lírica de corte ya tradicional y realista, experiencial, donde la vida cotidiana se convierte en punto de reflexión desde el que se crea el poema, una suerte de juego verbal y conceptual que muestra una existencia gris y que parpadea desde el revés de la palabra poética.
La oportunidad de esta antología debe medirse en la medida que ofrece una muestra histórica y permite observar la maduración de un proceso vital y estético. Desde las primeras referencias más desvaídas en Te tomo la palabra, hasta la reflexión sobre la muerte y los muertos en Todos los santos, pasando por el juego métrico de Esto no es un soneto, que le ha permitido al autor trabajar una métrica tradicional, enriqueciéndola y enriqueciéndose en la maduración de un verso que sorprende por su calidad técnica, pero que hace reflexionar desde su hondura temática.
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