Guerra en la autopista

El otrora tranquilo sector de autopistas en España vive su primera guerra entre empresas. Las dos primeras del sector, Acesa -que controla las autopistas catalanas- y Áurea -la de Levante y la de Sevilla a Cádiz- se disputan la pequeña pero próspera Iberpistas con el respaldo de sus socios de último recurso, La Caixa, en el caso de Acesa, y el SCH, en el de Aurea.

Áurea y Acesa cortejan a la familia Godia, que controla el 21,6% de Iberpistas y les puede dar el éxito en esta operación

La CNMV no levantará la suspensión de Dragados, Áurea e Iberpistas hasta que las dos últimas den más datos sobre su pacto

Acesa y Áurea se juegan en esta operación el liderazgo que ostenta la primera. El punto de mira de ambos rivales es una concesionaria que ingresa 130 millones de euros (21.630 millones de pesetas) y que ganó 33 millones de euros el año pasado, el 25% de sus ingresos. El atractivo de Iberpistas radica en que explota la autopista entre Villalba y Adanero, es accionista destacado (11,6%) de la empresa que explotará las futuras autopistas de acceso a Madrid, la R-3 (Madrid-Arganda de Rey) y la R-5 (Madrid-Navalcarnero) y es dueña del 50% de la autopista entre Zaragoza y Bilbao. El otro 50% lo tiene la constructora Sacyr.

De quién se lleve el gato al agua dependerá lo que decida la familia Godia, la principal accionista de Iberpistas, con el 21,6% del capital. Los Godia son fundadores de Iberpistas desde que Fancisco Godia Sales, bien conectado con el anterior régimen, encabezó un grupo de empresarios que se hicieron con la concesión en los años sesenta. Sus herederos y, en particular sus hijas, están siendo cortejados a un tiempo por Aurea y por Acesa.

Cuatro hombres clave

Cuatro hombres son clave en estas negociaciones. Por un lado, el presidente de Dragados, Santiago Foncillas, que controla Aurea y despliega estos días una frenética actividad para convencer a los Godia. Desde Acesa, su presidente, Isidre Fainé, y el consejero-director general, Salvador Alemany, también tratan de asegurarse el respaldo de la familia. Y desde Iberpistas, el hombre clave que escucha y cavila es José Maria Catà, presidente de Iberpistas y hombre de confianza de la familia Godia. Catà es, al tiempo, presidente de Iberpistas y consejero de Acesa. Por parte de Acesa, Salvador Alemany ocupa un puesto de consejero en Iberpistas.

Los movimientos de Áurea y Acesa para hacerse con Iberpistas han sido totalmente distintos. El primero en mover ficha fue Áurea, que desveló sus planes el pasado 15 de marzo. Pero, al revés que Acesa, no ha presentado una oferta pública de adquisición (OPA) ni desvela si tiene intención de hacerlo. Según la ley, existe obligación de hacer una OPA si se quiere adquirir más del 25% de una sociedad.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cree que falta información sobre el principio de acuerdo entre Áurea e Iberpistas y el pasado viernes les suspendió de cotización, al igual que a Dragados, la dueña de Áurea. La CNMV no levantará la suspensión hasta que den más datos a sus accionistas sobre el principio de acuerdo.

Áurea declina realizar comentarios al respecto. Sólo habla a través de un comunicado enviado a la CNMV en el que dice que está 'manteniendo conversaciones con un grupo de accionistas que ostentan la mayoría del capital de Iberpistas en relación con la posibilidad de proceder a la integración de Áurea e Iberpistas'.

El plan de Áurea no prevé pagar con dinero, sino con acciones. En concreto, ofrece una acción de la empresa por cada 2,1 de Iberpistas. Si finalmente decide lanzar una OPA sobre Iberpistas, deberá, además, incrementar el precio en al menos un 5% sobre los 11 euros que paga Acesa.

Acesa, que ya tiene un 8% del capital de Iberpistas, ha contraatacado con una OPA por el 92% del capital de la empresa elaborada en sólo tres días con el fin de semana del 16 y 17 de marzo de por medio. Acesa ofrece pagar 11 euros por acción y en metálico. Pero la concesionaria participada por La Caixa ha hecho otra jugada: al haber sido la primera en lanzar la OPA, se asegura tener la última palabra con una tercera OPA en el caso de que Áurea replique con una contra-OPA.

Para respaldar su oferta, Acesa informó el viernes a la CNMV de que ya cuenta con un crédito de su accionista La Caixa por valor de 712 millones de euros 'para la financiación inmediata del importe de la compraventa que resulte' de la OPA sobre Iberpistas. Acesa ya ha sufrido una rebaja en su calificación financiera por parte de la agencia Fitch como consecuencia de esta OPA y de la adquisición del 10% de la concesionaria Brisa, en Portugal, por más de 300 millones de euros. Para compensar estas inversiones ya ha anunciado que venderá su 10% en Autostrada del Atlántico al Banco Portugès de Investimento.

Entretanto, Iberpistas está desconcertada ante los dos novios que la cortejan. Un observador del sector dice que uno de los atractivos de la concesionaria es que está construyendo las autopistas entre San Rafael y Segovia y la que unirá Villacastín y Ávila, que debrán enlazar con la actual de Villalba-Adanero.

Y sus acciones no paran de subir. Su último precio ha sido de 11,98 euros, un 8,9% por encima del precio que paga Acesa.