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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Aznar acelera el programa

Soledad Gallego-Díaz

Faltan dos años para las elecciones generales y uno para celebrar las elecciones municipales y autonómicas, y hasta algunos sectores del Partido Popular comparten la impresión de que José María Aznar está absolutamente dispuesto a utilizar lo que queda de legislatura para dejar marcados con su sello todos los recovecos de poder que pueda. Desde el Tribunal Supremo o el Constitucional hasta el mundo financiero y empresarial, pasando por el programa político del PP para varias legislaturas o por las estrategias de España dentro de la Unión Europea.

'Los próximos meses van a ser muy duros no sólo para la oposición, sino para su propio sucesor dentro del PP, porque cuando llegue el momento se va a encontrar con un camino tan trazado que casi no va a tener sitio para colocar sus propias iniciativas', ironiza un antiguo cargo popular, alejado ahora de La Moncloa.

Es difícil hablar con el PP porque Aznar exige respuesta inmediata a debates importantes por la simple razón de que él se va a ir, afirma un nacionalista catalán

Cerrar deprisa y corriendo

La decisión de Aznar de atar todos los cabos que pueda va acompañada por una actitud cada vez más hermética, que le está llevando a mantener malas relaciones personales con prácticamente todos los políticos de la oposición. Es muy difícil hablar ahora con el PP porque Aznar quiere dejar cerrados, deprisa y corriendo, debates importantes que necesitan tiempo, negociación y sosiego. Según un político nacionalista catalán, el presidente Aznar reclama ahora respuestas inmediatas por la simple razón de que él se va a ir, pero eso no es un argumento razonable en política.

En el paquete de respuestas rápidas figura tanto la Ley de Calidad de la Educación, que muchos parlamentarios y especialistas lamentan que no haya sido precedida por un Libro Blanco o de un estudio serio que evite nuevos y dolorosos errores en una materia tan sensible, como el intento de dar por cerrado el modelo autonómico del Estado.

Esta actitud autosuficiente está llevando también en los últimos meses a un deterioro notable de la vida parlamentaria, que aprecian todos los grupos de oposición. Algunos ministros del Gobierno, aseguran en el PSOE, siguen la estela del presidente y se niegan a dar explicaciones y a responder con pulcritud a las preguntas de la oposicion, aumentando el descrédito de las sesiones de control.

Algunas voces dentro de los socialistas admiten que sus propias intervenciones parlamentarias son deficientes e incapaces de frenar ese deterioro. Unos pocos, incluso, estiman que el PSOE debería dar una campanada y que haría falta una buena intervención parlamentaria de José Luis Rodríguez Zapatero para dejar marcadas las diferencias. Un buen momento, afirman, sería tras las elecciones de este fin de semana en el Partido Socialista de Euskadi, y, quizá, tras una entrevista personal entre Zapatero y Aznar, que algunos creen posible ahora.

En cualquier caso, algunos sectores del PP aceptan que el clima político está deteriorado y admiten que algunos asesores del partido, inquietos por la imagen de prepotencia, mal humor y enfrentamiento que se ofrece desde hace meses, han reiterado las llamadas a la contención.

Pendientes de señales

Los llamamientos a la calma no han llegado directamente a La Moncloa, donde el presidente sigue sin dar muestras de querer oír consejos o análisis sobre los últimos encontronazos políticos, pero sí a los tres nominados. Ellos, y quienes les apoyan, están ahora obligados a analizar todo lo que ocurre en función de que les ayude o perjudique en su carrera, primero a la candidatura dentro del PP y, luego, a perfilar su propia imagen como posible presidente del Gobierno.

Todo el PP está ahora más pendiente de estos movimientos y de las señales que emite cada uno de los candidatos que de cualquier otro proyecto interno. 'No hay nada más importante en el PP que saber quién es el sucesor de Aznar y quiénes forman su entorno. Y es absurdo ocultarlo, porque todo el mundo sabe que la vida política de un partido gira exactamente en torno a eso', admite un cargo del PP.

Buena parte del aparato del PP se pregunta además qué va a suceder a la hora de elaborar las listas para las futuras elecciones: ¿influirá el posible sucesor? ¿Estará de acuerdo Aznar con esa influencia, o la impedirá? ¿Hasta qué punto el secretario general tendrá en cuenta al candidato y solicitará su opinión? Javier Arenas anunció en el reciente congreso del PP que abandonará su cargo al mismo tiempo que Aznar, pero no está claro si está dispuesto a abandonar también la carrera activa y seguirle a la fundación o si aspira a que el nuevo presidente del PP le dé otros cometidos.

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