El campeón discutido

El entrenador del Bayern Múnich, Ottmar Hitzfeld, reaccionó con un optimismo espontáneo al saber que el sorteo le deparaba un nuevo encuentro con el Madrid: 'Bueno, éstos tienen más miedo de nosotros que nosotros de ellos'. Desde Hitzfeld al presidente, Franz Beckenbauer, pasando por los jugadores, la sede del actual campeón de Europa, en Sabener Strasse, se alborotó ayer con un entusiasmo contagioso, natural en un club entusiasta de la Copa de Europa, y lógico si se valoran los 12 partidos que han marcado la historia de sus enfrentamientos con el club español: ocho victorias, tres derrotas y un empate.

Más de una vez, el técnico madridista Vicente del Bosque ha musitado su reverencia hacia el Bayern y su Estadio Olímpico. El miedo del que habla Hitzfeld no está tan relacionado con la calidad del fútbol que producen los bávaros, como con la tradición y el pasado reciente, adverso para el Madrid. La última herida la sufrió el Madrid en las semifinales de la temporada pasada, cuando cayó en Baviera por 2-1 (0-1 en la ida).

Si el Bayern del año pasado era un equipo crepuscular aferrado a una voluntad ciega, esta temporada es simplemente un equipo crepuscular. Tosco en sus principios, contragolpeador neto y predispuesto a jugar con dos líneas defensivas muy atléticas, el equipo ha dado signos de agotamiento físico y, sobre todo, anímico. Su cuarta Copa de Europa, que levantó en Milán tras derrotar al Valencia en la tanda de penaltis, ha tenido un efecto sedante. Logrado el objetivo que perseguía el club desde hacía 25 años, la plantilla pasa por una época de confusión marcada por el mal juego y los escándalos, que esta vez han salpicado al hombre menos sospechoso: Hitzfeld.

La publicación por el periódico sensacionalista 'Bild' de la relación que mantuvo Hitzfeld con una joven brasileña de 27 años, durante su época como técnico del Borussia, sorprendieron a la sociedad alemana, que veía en este profesor de matemáticas, casado y padre de varios hijos, un caballero frío y marcial. Este asunto afectó sensiblemente al técnico, que estuvo a punto de dimitir poco después, cuando la prensa destapó el contrato publicitario que firmó con un banco. El contrato, fraguado a espaldas del club, lo enfrentó al director general, Uli Hoeness.

La Copa Intercontinental (que el Bayern ganó al Boca), la Copa alemana (de la que ha sido desbancado) y la Bundesliga (donde marcha tercero, a cinco puntos del Bayer Leverkusen) han desgastado a un equipo que sufre una casi permanente crisis de lesiones. Hace apenas unas semanas, su megalómano capitán, Stefan Effenberg, se ha incorporado al once inicial después de una grave lesión de rodilla.

Stefan Effenberg, a quien en Alemania conocen como Tiger, y que McManaman señala como 'el tío más desagradable del fútbol mundial', pasa a sus 33 años por un momento muy opaco. Conserva su gran pase y su sentido táctico, pero el declive físico que sufre le impide participar en la conducción del juego como solía. Ayer, Effenberg habló con su habitual soberbia: 'Me imagino que el Madrid se acordará que el año pasado le ganamos. Tiene un buen equipo, pero comparados con los salarios que cobran sus jugadores, nosotros somos huérfanos'.

El final del contrato de Effenberg y el fichaje de la joven estrella del fútbol alemán, Ballack (Bayer Leverkusen) para el año que viene, anticipan el final de una dinastía dorada. Junto al medio centro, los puntales del equipo siguen siendo el media punta, Scholl, y el portero Oliver Kahn. No hay grandes novedades en la plantilla, aparte del fichaje del central Robert Kovac, el medio Thiam, y el delantero Pizarro. En el ataque, el paraguayo Roque Santa Cruz ha ganado protagonismo, pero el máximo goleador sigue siendo Elber (seis tantos en Europa y 12 en la Bundesliga).