Cien años de historietas

Personajes como Mortadelo y Filemón, Superman o Batman consiguen lo que las administraciones y profesores no logran pese a desplegar ingentes esfuerzos: incitar a los más pequeños a la lectura. Y es que son legión los lectores que despertaron la pasión por las letras gracias a las peripecias y a las historietas de estos personajes, hoy venerados por los devotos del noveno arte: el cómic.

La formidable contribución de este género a la historia de los medios de comunicación y del cine no pasa inadvertido para la Universidad de Alicante que, por cuarto año consecutivo, organiza Unicómic. La muestra del campus de Sant Vicent del Raspeig ha conseguido en su todavía incipiente trayectoria situarse entre los certámenes nacionales referentes para los amantes de este arte.

Desde el pasado jueves y hasta ayer, proyecciones cinematográficas y conferencias pronunciadas por autores, estudiosos y miembros de editoriales hanconformado un repleto programa dedicado por entero a este género, que lejos de ser anulado por las nuevas tecnologías recluta cada día más adeptos. El broche de lujo del programa corre a cargo de una interesante exposición sobre la evolución del tebeo durante el último siglo, que estará abierta al público hasta el 23 de abril.

Bajo el título 100 años de historia del cómic, la muestra concita 83 originales de los patriarcas y artistas americanos más influyentes del noveno arte. Algunas de las ilustraciones se exhiben al público por vez primera.

El mítico Windsor McCay, precursor de la narrativa de la animación, abre la exposición con una de sus composiciones de 1907. El entrañable Popeye tiene un obligado espacio en la muestra, de la mano de su creador Segar. Un espacio está reservado para Seagel, el primer dibujante de la historia que trasladó el mítico personaje de Burroughs, Tarzán, al cómic. Imprescindible es también la presencia de alguna de las piezas del inventor del cómic policiaco, Chester Gould, quien en 1931 ideó al mítico policía Dick Tracy. Otra pieza de coleccionista es la lámina de Alex Raymond, célebre dibujante y padre de uno de los personajes de ciencia ficción más reconocidos por el público, Flash Gordon.

La muestra exhibe también a Stan Lee y Jack Kirby, los dos autores más importantes de la acuñada edad de plata del cómic, allá por los años cincuenta. Estos dibujantes inyectaron al género grandes dosis de innovación tanto por la dinámica de su gráfica como por la humanidad de sus personajes, según detalló ayer Jaume Vaquer, crítico y coleccionista que ha cedido las ilustraciones para esta muestra. Entre las láminas exhibidas figuran tiras relativas a la Patrulla X y Los cuatro fantásticos. De la exposición en la sala Ayfos de la Facultad de Filosofía y Letras del campus de Sant Vicent, Vaquer destacó una pieza del prestigioso autor Alex Ross.

Pocas expresiones artísticas son capaces de aunar literatura, cine y arte plástico para convertirse en un medio de expresión. Con un origen todavía hoy incierto el cómic, término que proviene de la palabra cómico por la temática humorística de sus inicios, alcanzó tal penetración en la audiencia de la época que le valió la cuña de noveno arte.