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Columna
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Un gran duelo

Esto es una final y lo demás son tonterías. Tau y Barça nos brindaron un partido de categoría, intenso, vibrante, emocionante de principio a fin y con una tensión que no dejó de crecer hasta la última jugada, como deben ser los grandes guiones. Curiosamente ambos equipos fueron aumentando su rendimiento a medida que pasaban los minutos, dejando lo mejor de su repertorio para el final. Esto provocó que el encuentro fuese de regular a bueno para acabar en excelso con el maravilloso duelo que protagonizaron Bennet y Jakicevicius, que terminó por decidir el campeón. Fueron unos minutos mágicos, donde ambos jugadores cogieron al toro por los cuernos, asumieron su rol de líderes y cargaron con la responsabilidad de convertir la decisión final en un asunto individual. Lo de Bennet era esperado. Hace años que se ha convertido en el referente vitoriano y aunque su lesión le ha restado minutos, sigue sin haber mejores manos en las que depositar el destino de los vitorianos. Con el tiempo ha perdido capacidad anotadora, pero ha ganado en sabiduría y dirección. Antes primaba su físico, ahora lo hace su cerebro, y seguramente Ivanovic tiene algo que ver en ello. Venía ya caliente de la semifinal, donde fue decisivo en la remontada, y lo repitió en la final. No sólo por la última canasta (opinión personal: no iba a tablero) sino porque en el último cuarto supo en todo momento lo que tenían que hacer individual y colectivamente. Lo de Jakicevicius fue más casual, menos previsible de antemano, quizás porque sigue sin hacerse con los mandos del Barça con autoridad. Ayer los consiguió con sus magníficas acciones que le convencieron a él y a todos que era su día. Siendo temperamental hasta poder hacer estallar un termómetro, cuando está en ignición, el balón es suyo. Erró el último tiro, donde puede que se equivocase al no intentar una canasta de tres y meterse en la boca del lobo de la zona, pero lo que hizo durante todo el partido fue de talento superlativo. Con otra cabeza algo más estable estaríamos ante uno de los dominadores de la Liga y el Barça encontraría ese referente que le falta, mucho más si no está Navarro.

El partido se decidió con tiros de distancia pero se jugó debajo del aro. La verdad es que ha sido una fase final de Copa muy de hombres altos, de rebotes, lucha, leña, poco dada para la floritura y mucho menos a los alardes de tiradores. Éste el baloncesto de hoy en día, donde Tau y Barça son sus mejores representantes. Ayer le tocó ganar al Tau. El presente es suyo.

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