Los hinchas toman el entrenamiento del Lazio

Aficionados que entran a la carrera en el campo de entrenamiento; jugadores que les ven y salen corriendo a refugiarse en los vestuarios, temerosos de ser linchados. Semejante escena se vivió en la tarde de ayer en las instalaciones de Formello, donde el Lazio, el equipo de Mendieta, se ejercitaba. El delito cometido por la plantilla y su entrenador, Zacheroni, que dio pie a la violenta reacción de la hinchada responde al sonoro 1-5 que se produjo el pasado domingo en el derby romano, el que enfrentó al Lazio y el Roma.

Fueron unos 400 los seguidores que boicotearon la sesión de entrenamiento del Lazio. Forcejearon con los guardias de seguridad en las puertas del recinto, situado a las afueras de Roma, y lograron penetrar en él. Cundió el pánico entre los jugadores cuando vieron cómo los furibundos hinchas invadían el césped. Huyeron entonces hacia el gimnasio, a la espera de que se calmaran los ánimos. No hubo agresión alguna, pero se oyeron insultos de todo tipo. Sorprendentemente, el otrora intocable Nesta, el capitán del equipo, fue, junto a Zaccheroni, objeto de las mayores críticas. Acusaban los aficionados a Nesta de haber abandonado la nave en el peor momento -el central se retiró en el descanso del partido alegando unas molestias-. Nesta accedió a hablar con los airados hinchas y les explicó por qué se retiró. Pero estos le exigieron que abandonara la capitanía y exigieron que pasara a manos de Simeone. Tras una hora en el gimnasio, los jugadores volvieron al trabajo al conseguir que los hinchas ocuparan una grada de forma pacífica.

A la misma hora, miles de seguidores del Roma, 15.000 según los manifestantes y 5.000 según la policía, celebraron en las inmediaciones del Coliseo la goleada ante su vecino. Los más violentos quemaron camisetas del Lazio que llevaban el nombre del argentino Hernán Crespo mientras los tifosi más irónicos recogían firmas pidiendo que su técnico, Zaccheroni; el presidente, Sergio Cragnotti, y Nesta permanezcan en el Lazio toda la vida.