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Marianne Faithfull comparte su nuevo disco con grandes figuras del 'brit-pop' y el 'grunge'

La cantante interpreta los temas de 'Kissin time' con Beck, Jarvis Cooker o Billy Corgan

Marianne Faithfull tiende puentes con los pioneros del brit-pop y los herederos del grunge en una serie de colaboraciones con Damon Albarn, de Blur; Jarvis Cooker, cantante de Pulp; Beck y Billy Corgan, fundador del desaparecido grupo The Smashing Pumpkins, que se incluyen en el último disco, Kissin time. 'Es un álbum de amistad y cariño que he grabado con algunos de mis amigos jóvenes. Se trata de gente a la que no le importa el pasado y se acerca a mí sin ideas preconcebidas', dijo ayer la cantante en Londres, donde presentó en directo el disco el domingo.

Marianne Faithfull abre un nuevo capítulo en su agitada trayectoria y rechaza adentrarse en esos años de adicción autodestructiva que consiguió superar para regresar al frente de la creatividad musical. 'He pasado malos momentos, que me ayudan a apreciar lo afortunada que fui y sigo siendo. Pero, en los albores del siglo XXI, me siento libre y no quiero hablar del pasado', señala un poco harta de que algunos representantes de la prensa internacional, reunidos ayer por la discográfica Virgin en Londres, insistan en clavarle la etiqueta de 'gran superviviente' de los excesos de los sesenta.

La Faithfull, como a ella le gusta apodarse, cumple con 56 años un papel muy distinto. Es la musa de la generación de músicos que hoy está triunfando internacionalmente, la confidente de problemáticos artistas y modelos de pasarela. El polifacético Beck contribuye con tres temas de su propia cosecha, incluido Sex with strangers, que abre el disco e inauguró el concierto que la ex dama fatal ofreció el domingo en Londres. Kate Moss interviene en el vídeo de una de las canciones bajo la dirección de Roman Coppola. 'Son, o podrían ser, los hijos de mis contemporáneos. Somos amigos y nunca les di consejos. Ésta es mi norma', dice Faithfull, para romperla inmediatamente con un 'no probéis la heroína ni fuméis crack'.

La velada en el centro cultural Barbican estuvo repleta de sobresaltos. Hubo dificultades técnicas con el sonido y una sutil desincronización entre la cantante y su nueva banda de músicos, encabezada por el guitarrista Peter Phillips. A punto de explotar de furia, Marianne Faithfull dejó claro quién era la jefa. 'Fue un poco caótico, pero una vez eliminado el zumbido del altavoz, lo pasamos bien'.

Tampoco faltó teatralidad, como la entrada en escena de una maquilladora para acicalar a la diva. O cuando tuvo que calzarse unos zapatos planos al romperse de cuajo un tacón de aguja. 'Es obvio que no soy una celebridad, sino una artista trabajadora que aprendió hace tiempo a no competir con nadie a nivel profesional', señala. Las dificultades quedaron olvidadas con sus versiones de Working class heroe y The ballad of Lucy Jordan, bajo los acordes de Marc Ribot. A este primer invitado siguió Will Oldham, quien cantó un par de fascinantes dúos con Faithfull. Jarvis Cocker reprodujo en directo Sliding through life on charm, el tema biográfico que escribió para el disco. No todos los colaboradores acudieron a la presentación en vivo del disco. 'Nunca podré reunirlos a todos en un mismo estrado', reconoce. Ciertamente, un concierto con Billy Corgan, fundador de The Smashing Pumpkins; Damon Albarn, de Blur; Jarvis Cocker, Dave Stewart y Beck, firmantes de distintos temas de Kissin time, sería un sueño inalcanzable. Faithfull ha añadido a la lista a P. J. Harvey, quien ya ha comenzado a componer una canción para ella.

SANTOS CIRILO
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