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Los cazas de defensa aérea interceptaron 15 de los 22 ataques simulados como el del 11 de septiembre

Miguel González

El ministro de Defensa quiso ayer 'tranquilizar' a los diputados y a la opinión pública asegurando que los 22 supuestos aviones comerciales secuestrados, que el Estado Mayor Conjunto simuló a finales de noviembre, para poner a prueba los sistemas de protección ante un ataque como el sufrido por Nueva York y Washington el 11-S, fueron 'interceptados por cazas o acometidos con medios antiaéreos en la totalidad de los casos, por lo que se considera que en un caso real hubieran sido neutralizados'.

Trillo-Figueroa quiso salir así al paso de la información publicada ayer por EL PAÍS, titulada 'Defensa ensayó sin éxito cómo evitar un ataque a Madrid como el del 11-S'.

Fuentes conocedoras del ejercicio Jointex DA-01, que se realizó el 28 y 29 de noviembre en Madrid, Sevilla y Cádiz, explicaron que 15 de los 22 aviones que simularon haber sido secuestrados para utilizarlos en atentados terroristas fueron interceptados por cazas y otros cuatro abatidos por armas antiaéreas. Uno se coló y se carecen de datos sobre otros dos.

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Sin embargo, un análisis más detallado no permite ser optimista. Aunque el factor sorpresa era uno de los elementos clave del ejercicio, el avión que se coló hasta el centro de Madrid sin ser neutralizado era precisamente el primero de todos.

De los 15 aviones comerciales supuestamente interceptados, 12 lo fueron por cazas que ya estaban en vuelo cuando recibieron el aviso. Sólo en tres de los ocho supuestos en que los cazas tuvieron que despegar lograron dar alcance a sus perseguidos. En una situación de normalidad, los 33 lanzadores de misiles y la fragata que supuestamente abatieron a otros cuatro aviones no están desplegados como en maniobras.

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La lección es clara: sólo se puede neutralizar un ataque como el del 11-S si hay aviones de combate en vuelo o misiles antiaéreos desplegados, lo que sólo ocurre en situaciones de crisis o alerta previa.

Otro problema que las maniobras dejaron pendiente es, en el caso de que el avión esté a tiro, quién tiene autoridad para ordenar su derribo y cómo se puede determinar con certeza que va a ser usado como misil para un ataque terrorista.

Polémica con Iberia

Por otra parte, los sindicatos de pilotos, técnicos de mantenimiento y mecánicos de vuelo de Iberia, agrupados en la Comisión Técnica para la Seguridad Aérea, denunciaron ayer que la compañía no ha reforzado las medidas de seguridad en los aviones seis meses después del 11-S. Andoni Nieto, del sindicato de pilotos Sepla, reconoció que Iberia mantiene los niveles de seguridad exigidos, pero añadió que 'no ha hecho nada por aumentarlos', como 'todas las aerolíneas estadounidenses y la mayoría de las europeas'.

Los trabajadores de Iberia, piden cursos de formación para saber cómo actuar en situaciones de riesgo, mejores condiciones en el mantenimiento de los aviones y la incorporación de puertas de seguridad que aíslen las cabinas y de cámaras de video para que los pilotos puedan controlar lo que ocurre en el pasaje. Iberia 'muestra una tendencia a que prime más el aspecto económico que la calidad', según la Comisión, que reconoció en cambio el esfuerzo realizado por los aeropuertos para reforzar la seguridad.

Por su parte, Iberia hizo pública una nota en la que se asegura que se ha gastado ya ocho millones de euros en reforzar las medidas de seguridad, prestando especial atención al control en tierra, pues es 'antes de subir al avión donde deben concentrarse los mayores esfuerzos'. Respecto al blindaje de las cabinas, Iberia asegura que está adoptando los mismos sistemas que el resto de las aerolíneas y que invertirá en este proceso 'todo lo necesario'.

Representantes de pilotos y tripulantes de cabina pidieron también que Iberia suspenda sus cinco vuelos semanales con Tel Aviv (Israel), debido a la 'situación bélica' en la zona.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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