Ni Partido Popular ni oposición

De cada una de las puertas de mi instituto cuelgan folletos informativos sobre la manifestación del próximo día 7 de marzo en Madrid, con un gran rótulo que dice: 'No a la Ley de Ordenación Universitaria, LOU, ni a itinerarios basura'.

Soy muy joven para entender de política: los 16 años no son edad suficiente como para poder entender correctamente el funcionamiento del mundo, pero si algo tengo claro es que en nuestra sociedad cada uno mira sólo y exclusivamente por el beneficio propio e individual.

En un principio, mi idea fue manifestarme pensando que con ello hacía lo correcto: luchar por mis derechos y por una educación mejor.

Pero ahora me pregunto si eso es en realidad lo que va a ayudarme a mejorar mi futuro, lo que va a ayudarnos a levantar la enseñanaza pública de nuevo.

Y es que todavía, desde que se inició todo esto, no he conseguido encontrar a alguien que me explique con claridad y sinceridad cómo son los hechos.

Cada uno tira de un lado de la soga: unos afirman que nos dejamos manipular por los sindicatos, otros sostienen que hacemos lo correcto.

Por eso me gustaría que se aclarara de una vez la situación, porque como yo hay otros muchos estudiantes que también lo necesitan, para así, por lo menos, poder decantarnos por algo y salir de este cruce de caminos.

¿Tiene razón el Partido Popular? ¿La llevan los sindicatos y la oposición? Sinceramente creo, después de escuchar varias charlas de ambos lados, que ni unos ni otros.

En este caso, dentro de lo que he conseguido llegar a saber y entender, acudiría a la manifestación no para criticar al Partido Popular sino para hacer un poco de presión e intentar lograr que dicho partido acabe con la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) y este sistema de enseñanza en el que sólo aprendemos a pasar el rato y divertirnos, para que se invirtiera más dinero en educación y se construyeran nuevos centros mejor habilitados, así como una mayor contratación de profesorado, y para alargar el bachillerato unos pocos años y así poder llegar preparados y formados a la Universidad; y, más tarde, al mundo laboral, que es, al fin y al cabo, a lo que vamos a tener que enfrentarnos más temprano que tarde.

Sin la mejora del sistema educativo, las generaciones venideras seremos una panda de juguetes sin capacidad de razonamiento y decisión, engañados y manipulados por una sola mano.