El peso de la 'chapa'

Hace una semana sólo eran conocidos entre los muy aficionados al atletismo. Se levantaban; desayunaban y entrenaban; comían, dormían y volvían a entrenar; cenaban, desconectaban un rato con la familia o los amigos y volvían a dormir. Así durante años sin que nadie ajeno a su círculo les preguntara.

Pero el pasado fin de semana irrumpieron en primera plana del panorama informativo gracias a su espléndida actuación en el Campeonato de Europa en pista cubierta que se celebró en Viena. El martes fueron recibidos como héroes a su llegada a Sevilla. El viernes comieron en la Moncloa con José María Aznar. Y el resto de la semana se la han pasado intentando compaginar los entrenamientos con su nueva faceta de personajes públicos.

'El descanso es imprescindible, pero se puede salir controlando'

'Somos jóvenes y para una vez que te ves con dinero te dan ganas de gastártelo'

Raúl Fernández, oro en salto de longitud el pasado sábado; Antonio Jiménez Pentinel, plata en 3.000 metros; y Antonio Reina, bronce en 800, asumen con desparpajo su nuevo rol. Firman autógrafos, conceden entrevistas, se hacen fotos. Y aprenden rápido.

-'Después de Múnich lo que tenemos que hacer es citar a todos los periodistas a la vez y así no tenemos que estar todo el día de un sitio a otro', sugiere Reina, de 20 años y natural de Osuna, el más joven de los tres.

-'Pues muy claro tienes tú que vayamos a pillar chapa en Munich', advierte Pentinel, el más veterano.

Penti, como le conocen todos, se consolidó como algo más que una promesa hace ya casi dos años, y sabe que la popularidad puntual no garantiza el éxito profesional. La semana de gloria que disfrutan ha alterado su rutina de trabajo y los tres atletas sevillanos han tenido que hacer esfuerzos extras para no perder el ritmo. 'Primero hay que trabajar para llegar y luego para mantenerte', apunta Raúl. 'Yo, por lo menos, quiero conseguir sacar todo lo que llevo en las piernas'.

El flamante oro europeo de salto de longitud vive en el municipio sevillano de Brenes, y desde allí se desplaza dos veces al día a otra localidad vecina, San José, donde entrena una hora por la mañana y tres por la tarde. El tiempo libre que le queda, pasadas las nueve de la noche, lo emplea para 'desconectar' con la familia, los amigos y la novia. Hasta que llega el sábado por la tarde. 'Hay que sacrificarse, pero sin exagerar', asegura.

'Puedo salir por la noche el fin de semana, pero a veces te tienes que contener porque si te pegas una paliza sabes que al día siguiente no rindes igual. El descanso es imprescindible, pero se puede salir controlando', afirma. Descanso aparte, la otra clave del éxito la sitúa en una 'alimentación equilibrada': 'Se creen que comemos poco, pero yo como bastante. Pero bien. A las horas y en la cantidad que necesito'.

Lo que les resulta más difícil a los tres es compaginar deporte y estudios. Reina, el benjamín, se terminó el año pasado un módulo de electricidad y ha fijado una meta al margen de las atléticas: este año se concentra sólo en el deporte para asentarse en la competición profesional y el año que viene retoma los estudios. 'Algo que tenga que ver con el deporte', dice. Su compañero Raúl acabó desistiendo. En1999 empezó un módulo de animación deportiva, 'pero al final no llevaba bien ni estudios ni atletismo'. Apostó por lo segundo. 'Los estudios siempre se pueden retomar pero el atletismo tiene su momento y hay que aprovecharlo'.

Aunque siguen viéndose vinculados al deporte cuando ese momento se acabe. 'A mi lo de entrenador no me convence', dice Raúl, 'pero sería una pena desaprovechar todo lo que estoy aprendiendo. Podría guiar a los que empiezan, porque yo ya me sé los baches con los que te encuentras. Sería bonito que otros se aprovecharan de eso', subraya.

Reina está empezando ahora a vivir del atletismo y confía en poder seguir haciéndolo, aunque reconoce que cuesta. 'Somos jóvenes y para una vez que te ves con dinero te dan ganas de gastártelo', afirma. 'Hay que empezar a administrarse', dice. El nuevo bronce europeo en 800 metros entrena tres horas al día en su pueblo, Osuna, y desde que se colgó la medalla ha aprovechado cualquier ocasión para reprocharle a sus autoridades municipales la falta de apoyo.

'Es que las pistas de atletismo parecen un parque. Hay gente paseando al perro o con el carrito del niño dando vueltas mientras tu intentas correr', asegura. El alcalde ha tomado nota y ha prometido una solución rápida.

Reivindicaciones sindicales al margen, asegura que no quiere moverse de su pueblo. Los medios son más bien precarios, pero no le compensa mudarse. Se levanta pronto para estar un rato en casa y ayudar a su madre antes de irse a entrenar. Y cuando acaba la jornada, sobre las ocho de la tarde, y los fines de semana, aprovecha para estar con los amigos. 'Echamos un cafelito, unos futbolines y nos reímos'. 'Y pon que no bebo alcohol, que luego dicen que somos unos golfos', apostilla.