Un vigilante privado mata de un tiro en la cabeza a un padre y a su hijo en el barrio valenciano del Marítim

Un vigilante de seguridad privada que prestaba servicio en el edificio de los Juzgados de Instrucción de Valencia, aunque de baja desde hace varios meses, se entregó ayer en los juzgados de Requena y confesó ser el autor de la muerte de dos personas en el distrito del Marítim de Valencia, según fuentes de la investigación. Los hechos ocurrieron el jueves, aunque los cadáveres de las víctimas, un hombre de 48 años, Manuel G., y su hijo de 21, conocido como El Dano, fueron descubiertos a última hora del viernes por otro hijo del fallecido, David. Al parecer, el vigilante de seguridad, que vivía a poca distancia del domicilio de los fallecidos, había tenido disputas con Manuel G. La víctima vivía desde hacía años en la calle de Benasal de Valencia, y los vecinos y fuentes policiales le atribuyen problemas con el alcohol, y trapicheo de droga al menudeo para toxicómanos y prostitutas de la zona. La última discusión entre ambos fue a principios de semana, en el portal de acceso al edificio. El vigilante le culpaba de que 'en el barrio sólo hubiera chusma y escoria', le señalaba como camello y proxeneta.

El viernes, pasadas las 20.15, un hijo de la víctima acudió al domicilio y allí encontró a su padre en el suelo con un tiro en la frente y a su hermano -con antecedentes policiales- en un charco de sangre. Minutos después, se personó la policía y certificó la muerte violenta. La comisión judicial ordenó el levantamiento de los cadáveres pasadas las 23.00.

Durante las 24 horas transcurridas desde la comisión del crimen y el descubrimiento de los cuerpos, el vigilante de seguridad, cuya identidad completa no ha sido facilitada, se marchó a Toledo y ayer por la mañana, de regreso a Valencia, se entregó a la Guardia Civil de Requena y, tras declarar en el Juzgado de Guardia de Valencia, ingresó en prisión.