El mejor once del Madrid de todos los tiempos
La votación de los lectores de ELPAÍS.es durante un mes confecciona la alineación madridista ideal en sus 100 años de historia
- ZAMORA. Ningún portero ha alcanzado en España las proporciones míticas de Zamora, un adelantado a su tiempo que fue pieza fundamental en la popularidad del fútbol en España. Héroe en los Juegos de Amberes, en 1920, fue fichado por el Real Madrid diez años después por un precio que entonces parecía disparatado: 150.000 pesetas. Jugó seis años que sirvieron para acrecentar su imperdurable leyenda.
- CHENDO. En la posición más escasa de estrellas en el Madrid, Chendo se distinguió por su larga trayectoria profesional y por un fenomenal instinto defensivo. Jugador potente, con un poderoso tren inferior, resultaba muy difícil de rebasar en el mano a mano con el extremo. Su velocidad y sentido táctico le sirvieron para cruzar por detrás de los centrales como pocos laterales en España.
- HIERRO. Todavía en activo, Hierro figura entre los jugadores sagrados del Madrid. Comenzó como mediocampista en el Valladolid y nunca se ha resignado a jugar de central porque le pierde su instinto goleador. Pero ha jugado como central la mayor parte de sus 13 años en el Madrid. ¡Y qué central! Gran cabeceador, inteligente en la anticipación, buen manejo de la pelota y una espectacular facilidad para los desplazamientos largos.
- SANCHÍS. Le sucedió antes que a Hierro: llegó a la defensa desde el medio campo. Se retiró como centrocampista porque nunca se sintió feliz como central, pero en la historia del Madrid será juzgado como uno de sus mejores centrales, junto a Hierro, Santamaría y Quincoces. Jugó durante 18 años, formó parte de la célebre Quinta del Buitre y se distinguió por su eficacia en el uno contra uno y por su habilidad con el balón.
- CAMACHO. Si el Madrid no ha sido un equipo con una gran tradición de laterales derechos, en la izquierda han sobrado estrellas. Las dos últimas, Gordillo y Roberto Carlos. Y antes que ellos, Camacho, lateral sin demasiadas condiciones técnicas pero con una personalidad arrolladora, un caudillo que contagió su energía y su voluntad ganadora a dos generaciones de jugadores.
- KOPA. Raymond Kopazewski era hijo y nieto de mineros polacos, residentes en la región norte de Francia. Acortó su apellido a Kopa para afrancesarlo. Durante la década de los cincuenta fue un jugador de referencia, primero en el Stade de Reims, después en el Madrid, donde ganó tres Copas de Europa. Hábil como pocos se han visto, hizo de contrapeso en la derecha a la velocidad de Gento en la banda izquierda.
- PIRRI. Después de Di Stéfano y antes que Camacho se situó Pirri, jugador con una indiscutible vocación de líder. Lo hizo desde el medio campo, como medio centro, aunque nunca pudo frenar su querencia por el gol. Llegaba con todo al área, especialmente para cabecear. Pirri fue uno de los integrantes de la generación yé-yé que ganó la Copa de Europa en 1966, la primera sin Di Stéfano.
- DI STÉFANO. Alfredo Di Stéfano es al Real Madrid lo que la pelota al fútbol. Sin él, el Madrid hubiera sido otra cosa, probablemente bastante peor. Con su llegada en 1953, se abre la edad de oro del Madrid, que gana las cinco primeras ediciones de la Copa de Europa. A través de Di Stéfano se teje el prestigio mundial del club. Y también con Di Stéfano se produce una revolución en el juego, pues él ha sido el primer jugador total. Y probablemente el mejor.
- GENTO. Nadie puede competir con Gento como extremo izquierdo del Madrid. Para empezar es el único jugador del mundo que tiene seis Copas de Europa. Como futbolista destacó por su formidable velocidad y por su increíble freno, cualidades a las que añadía una resistencia fuera de lo normal, lo que servía como ventilador del equipo en los momentos de fatiga o de dificultad.
- RAÚL. Raúl le arrebató el puesto a Butragueño, que no es poca cosa. Con el tiempo ha superado todas las previsiones que se hicieron sobre su carrera cuando debutó con 17 años, hasta el punto de ser reconocido como un histórico cuando todavía no ha cumplido 25 años. Su caso es uno de los más asombrosos ejemplos de voluntad ganadora, firmeza mental e inteligencia. Y de instinto goleador.
- HUGO SÁNCHEZ. Un manual del gol que debería usarse en todas las escuelas de fútbol. Qué otra cosa se puede decir de un delantero que marcó 38 goles a un solo toque en la Liga 89-90. Nadie le vio regatear a nadie durante su etapa en el Madrid, pero todo el mundo le vio tirar desmarques llenos de astucia, en los que hacía todo lo contrario de lo que anunciaba para quedar sólo en sus remates, favorecidos por su limpia pegada a la pelota.
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