Una encuesta sobre tráfico revela que los jóvenes malagueños se ven como conductores de riesgo

El 86% de los adolescentes de Málaga considera a los jóvenes como conductores de alto riesgo, creencia que se sitúa por encima de otras 17 provincias españolas (la media es el 70%), sometidas a un estudio del Instituto Mapfre de Seguridad Vial. El objetivo es medir el grado de conciencia de la repercusión de los accidentes de tráfico que tienen las personas de entre 16 y 24 años. El análisis se basa en 2.700 encuestas realizadas entre las capitales más importantes de España.

Hay diferencias entre sexos, ya que el 73% de las mujeres define a los jóvenes como conductores de alto riesgo, mientras que sólo el 66% de los hombres secunda esta opinión. También hay disparidad en otra faceta: los que conducen son más reticentes a considerarse un elemento de alto peligro al volante.

El estudio revela que la lesión medular es la consecuencia más temida por el 31% de los encuestados, seguida de la muerte (30%) y el daño cerebral (28%). Las amputaciones, la ceguera y las desfiguraciones también asustan, aunque en menor medida. Los más jóvenes temen más a la muerte, mientras que a los mayores les preocupan las lesiones.

Además, el 80% de los jóvenes entiende que los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte en su tramo de edad. La droga es el segundo factor más temido (15%). Cuanto mayor es el nivel de estudios, más se acentúa esta opinión. El hecho de haber sufrido accidentes no altera las respuestas, algo inesperado para los responsables del estudio.

Algunos de estos datos fueron expuestos en la Universidad de Málaga durante unas jornadas sobre los factores sociales y psicológicos que rodean a los accidentes de tráfico. El médico epidemiólogo Juan Borrajo señaló los dos perfiles de las víctimas de un accidente. En primer lugar, el 'varón de 14 a 18 años, que conduce un vehículo de dos ruedas, generalmente un ciclomotor, en un espacio urbano'. La causa de los accidentes suele ser el incumplimiento de las reglas. 'Este tipo de conductor, vulnerable a la presión de los amigos, no usa el casco y es proclive al exhibicionismo', explica Borrajo. Para este grupo, el tráfico es un elemento de emoción.

La segunda silueta describe a un hombre de entre 25 y 30 años que lleva un vehículo ligero y que se ve implicado en accidentes durante las noches de los fines de semana, en las zonas de diversión. En este conjunto pesa, además del lucimiento propio, la falta de experiencia y la falsa creencia de tener un importante control del coche.