Japón fija como prioridad el rescate a la banca frente a medidas para luchar contra la deflación
El Gobierno de Japón presentó ayer un nuevo plan para sacar al país de la recesión, pero que no incluye medidas para frenar la caída generalizada de precios (deflación) ni prevé la inyección de más dinero público en la economía. El programa, básicamente, tiene como objetivo rescatar a la banca, que arrastra unos 300.000 millones de euros en préstamos incobrables, de la quiebra.
El plan contiene dos pilares: el marco de actuación de la agencia estatal de intervención financiera, la Resolution and Collection Corporation (RCC), y la penalización por ventas de acciones a corto plazo. Aunque el nuevo plan es para algunos expertos modesto pero realista, para la mayoría es decepcionante. 'Para combatir la deflación', explicó a la agencia Reuters Ron Bevacqua, economista jefe de Commerzbank Securities en Tokio, 'hay que reducir la oferta y estimular la demanda. La clave está en hallar el punto de equilibrio. El nuevo plan no es contra la caída de precios, sino para sostener el mercado bursátil. A corto plazo puede ser efectivo, pero a largo es un error', añadió.
Si se observan los dos pilares del nuevo plan, se comprende lo que Bevacqua quiere decir. El pilar número uno es la RCC. Ésta constituirá un comité con los bancos para acelerar la eliminación de los créditos incobrables. Y será el Estado, con sus fondos, el que absorba los préstamos morosos. La RCC cuenta con un fondo de partida de unos 80.000 millones de euros.
El otro pilar del plan consiste en penalizar a los especuladores bursátiles, a quienes el ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa, responsabiliza del desplome del índice Nikkei de la Bolsa de Tokio a su nivel mínimo en 18 años. La Agencia de Servicios Financieros (ASF) ha pedido que se incrementen las comisiones que se cobran por ventas a corto plazo. Las casas de Bolsa deberán, además, informar a la agencia estatal de la identidad de aquellos inversores que soliciten 30.000 títulos o más con la intención de especular, algo que se adivina por la forma en que se adquieren. Shiokawa no quiere que el Nikkei descienda por debajo de los 10.000 puntos porque ha calculado que si el índice se mantiene en ese nivel, el Gobierno no necesitará invertir tanto en reflotar la banca. La banca japonesa, además de cotizar con sus propios títulos, tiene participaciones cruzadas en casi todas las empresas que componen el índice. Si la Bolsa cae, todas las empresas se perjudican, no sólo aquella cuyos títulos descienden. Ayer, Shiokawa logró su objetivo y el Nikkei avanzó un 3,63%, hasta los 10.573 puntos. Lo que impulsó la Bolsa, según los analistas, no fue el optimismo frente al plan, sino el temor de los inversores a ser penalizados.
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