Una invitación a Moscú
El fin de la guerra fría está a punto de alcanzar una inesperada pero lógica conclusión: un lugar permanente para Rusia en la OTAN. Aunque aún no se ha alcanzado el acuerdo, es cada vez más probable que la OTAN ofrezca a Moscú un lugar en el nuevo consejo. (...) La OTAN sigue siendo una poderosa alianza militar. Pero privada de su enemigo fundamental por el colapso de la Unión Soviética, tiene que encontrar una nueva misión. Inmediatamente después del 11 de septiembre, se invocó la garantía de defensa mutua de la alianza. Pero a esta acción sin precedentes le siguió una guerra en la cual se dejó de lado a la OTAN. El conflicto ha puesto de manifiesto la capacidad estadounidense para actuar en solitario y el desequilibrio entre fuerzas americanas y europeas.
Pero sería completamente erróneo concluir que la OTAN (...) ha sobrevivido a su vida útil. La alianza puede desempeñar un importante papel potenciando la seguridad global, aportando un foro para coordinar sus respuestas a amenazas tales como el terrorismo. (...) Rusia puede contribuir a estos procesos, como hizo con su apoyo a la campaña militar afgana. (...)
Los acuerdos propuestos no deberían verse como un mero favor a Putin. La cooperación con Rusia interesa a Estados Unidos y a Europa Occidental porque reduce el riesgo de futuros conflictos, facilita el camino a los pactos para la reducción de armas nucleares (...) y ayuda a ampliar el territorio en el cual los países de la OTAN pueden operar militarmente, como se vio en Asia Central. (...)
Londres, 26 de febrero
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