'Yo no me he dopado, tengo la conciencia tranquila'
Johann Muehlegg niega la mayor. Sólo ha tomado vitaminas y minerales, repite una y otra vez. No entiende un resultado que no deja lugar a las dudas y tampoco cree que se haya deteriorado su imagen, ya que ha ganado dos medallas en las que pasó todos los controles. Sólo falló en uno, pero es el que abre todas las sospechas. Dio positivo por NESP, o Aranesp, un producto para oxigenar la sangre diez veces más potente que la tradicional eritropoietina. Y más cómodo, porque una dosis en una inyección tiene efectos para una o dos semanas. Es el último grito, detectado, en dopaje sanguíneo y se controlaba por primera vez en los Juegos. Con el nombre inicial con el que Muehlegg dio positivo, darbeopetina, sólo se comercializa desde octubre y no estaba siquiera en la lista de los productos prohibidos por el Código Antidopaje del COI. Muehlegg también niega que se lo administrara pensando que no le iban a cazar y hasta dice que su caso no es el mismo que el de las rusas Larissa Lazutina y Olga Danilova, que dieron el mismo positivo.
Pregunta. ¿Cómo se encuentra después del escándalo?
Respuesta. Bien, tranquilo. Pero muy cansado aún. La primera noche no dormí nada porque me fui a las doce del hotel en el que se celebró la reunión con la Comisión de Investigación y tuve que volver de Soldier Hollow a las ocho de la mañana para la otra reunión, la de las ocho de la mañana.
P. ¿Tenía la conciencia tranquila?
R. No..., bueno, sí, sí. Lo que pasa es que fue todo muy sorprendente. Tampoco pude comer nada y estaba muy cansado de la carrera, de los periodistas, de todo eso. Los 50 kilómetros es la prueba más dura y se pierden muchos kilos y muchas cosas.
P. Hasta la medalla de oro
R. Bueno, no sé por qué se ha producido este resultado.
P. Pero el análisis es contundente. Usted se administró un producto para aumentar los glóbulos rojos y poder tener así más oxígeno en la sangre y mejorar su rendimiento
R. Yo no me he dopado. No sé de dónde ha salido todo esto.
P. ¿Cree que ha habido un error en el control?
R. Vamos a ver... Porque sí, el sistema de control del laboratorio de aquí, en Salt Lake City, es diferente del de otros sitios.
P. Sí, porque es la primera vez que se detecta una sustancia como el NESP. ¿Se la inyectó usted creyendo que no se la iban a encontrar?
R. Yo sólo he estado comiendo bien siempre y tomando vitaminas y minerales para recuperarme de los esfuerzos en los entrenamientos y poder estar fuerte. Es lo normal, pero nada más.
P. ¿No le importa que haya tenido que ser María José Rienda la abanderada en la ceremonia de clausura a usted que le gusta tanto coger las banderas?
R. Lo siento porque me hacía mucha ilusión. Pero no podía ir con todo el lío que se montó.
P. Ha perdido de repente toda la imagen de héroe que tenía ¿Cómo se siente?
R. Imagen..., bueno, yo tengo dos medallas.
P. Pero sospechosas.
R. Yo pasé bien todos los controles. Ha sido el primero que no paso. Y son dos oros los que he ganado. Y no han sido unos controles sólo para esas medallas. He pasado muchos antes. De sangre y de orina.
P. El presidente del COI, el belga Jacques Rogge, ha declarado que usted, como otros castigados por dopaje, son campeones técnicamente, pero no moralmente.
R. He ganado las dos medallas legalmente. Insisto en que he pasado todos los controles.
P. ¿Cree que en España se ha perdido la fe en usted?
R. No.
P. Usted ha caído en el mismo saco que Lazutina y Danilova, las rusas también positivas con darbepoetina.
R. No es el mismo caso. Lazutina no pasó el control de hemoglobina anterior al relevo y ya entonces no la dejaron correr. El de Danilova no lo sé.
P. Pero usted ya pasó por los pelos un control el último día, antes de los 50 kilómetros
R. Yo he estado a veces al límite y también por encima porque me he entrenado mucho en altitud. Además, tuve diarreas esos días.
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