La confianza en mínimos

La Bolsa cerró el viernes en el nivel más bajo del año ante las expectativas de que algunos resultados empresariales muestren importantes descensos. El sector de las telecomunicaciones ha encabezado los recortes en toda Europa debido a su abultada deuda y al retraso de los nuevos proyectos.

La Bolsa española terminó la semana en el nivel más bajo del año debido a las expectativas de que Telefónica anuncie un importante descenso en sus beneficios del pasado ejercicio.

La operadora española perdió el 5% en el conjunto de la semana, pero sólo ha seguido la tendencia que el conjunto del sector de las telecomunicaciones tomaba en toda Europa, en donde el nivel de deuda de estas sociedades es demasiado alto y la competencia empieza a causar estragos.

La crisis argentina es la aportación particular de las empresas españolas a un sector que está lejos de resolver sus problemas y cuyo peso en los mercados europeos explica su capacidad de arrastre.

El Ibex 35 ha bajado en esta semana el 3,26% para terminar en 7.662,40 puntos, el dato de cierre más bajo de este año. El índice general de Madrid también cerraba en mínimos, con una caída semanal del 2,60%.

Este importante paso atrás de los mercados coincide con las crecientes declaraciones, de gobernantes y analistas, sobre la proximidad del inicio de la recuperación económica que, para Estados Unidos, se sitúa en la próxima primavera. Otros escenarios menos optimistas contemplan la posibilidad de que el estancamiento, es decir, el periodo posterior a la recesión, sea algo más largo.

Si se juzga la opinión de los inversores por su actividad, hay que convenir que los españoles no las tienen todas consigo, ya que la contratación en el Mercado Continuo sigue estancada en torno a los 1.500 millones de euros. Según la mayoría de los operadores, esa cantidad procede casi exclusivamente de las operaciones intradía -compra y venta en la misma sesión con liquidación al cierre-, es decir, sin la intervención de inversores finales. Esta negativa a tomar posiciones es fruto de la incertidumbre sobre la recuperación de la economía y de la desconfianza de los inversores en los que tratan de atraerles a un mercado que realiza beneficios sobre la marcha.

Los datos conocidos en estos días, sobre todo los de Estados Unidos, han sido interpretados oficialmente desde su lado más positivo, pero en el mercado no se terminan de ver claros esos síntomas de recuperación. Los leading indicators, índices de tendencia, de enero subieron el 0,6%, tras el 1,3% de diciembre. A pesar de ser positivo, este indicador muestra desactivación respecto del dato anterior.

El descenso del IPC español de enero sorprendió a inversores y analistas, pero sin convencer a nadie, de ahí que no se le prestara atención y que pasara totalmente desapercibido en el mercado.