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Reportaje:

Pistas de esquí sin ley

Profesionales del sector critican la inseguridad e instan a empresas y Administración a tomar la iniciativa

'Existe un vacío legal en la seguridad del esquí'. La unanimidad es absoluta entre los diferentes sectores profesionales del negocio de la nieve. La muerte de ocho esquiadores esta temporada en varias estaciones del Pirineo catalán y andorrano ha puesto al descubierto el desamparo de los usuarios en las pistas.

Este abandono legal se agrava por un triple motivo: la progresiva masificación de la práctica del esquí -se calculan un millón de esquiadores en España-; el incremento de la siniestralidad de carácter grave, ya que el número de accidentes crece el 10% cada temporada, exactamente el mismo porcentaje en que aumenta la afluencia de esquiadores a las estaciones, y la manifiesta falta de coordinación entre los empresarios del negocio privado de la nieve y la Administración, que se muestran incapaces de crear un marco legal, como existe en los países alpinos europeos o en Estados Unidos, donde está detallado cómo actuar y quién garantiza la seguridad de los esquiadores en las pistas. En los Alpes franceses, por ejemplo, corresponde a los pisters, formados en la Escuela Nacional de Esquí de Chamonix, la función de la seguridad en las pistas.

Las estaciones deben facilitar al 'pister' su formación y la seguridad en las pistas
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¿Cómo establecer un marco legal que regule la seguridad en las estaciones de esquí? Mientras que los centros invernales creen prioritaria la creación de un cuerpo de 'policías de pistas', destacados expertos de la nieve defienden al pister como el 'profesional' encargado de la seguridad 'siempre y cuando se le dote de una formación profesional y de una autoridad'. Esta posible creación de policías de pistas se planteó hace un mes y medio durante la celebración en Sierra Nevada de las primeras Jornadas de la Seguridad en las Estaciones de Esquí. En el comunicado oficial del acto se afirmaba: 'Lo ideal sería que la función de este cuerpo recayera en las fuerzas de seguridad del Estado'.

La propuesta obtuvo respuesta inmediata de la Generalitat, que rechazó el despliegue de los Mossos en las pistas catalanas, como solicitó Josep Borrell, presidente de la Asociación Catala de Estaciones de Esquí y de Montaña, por considerar que 'la seguridad en un recinto privado es responsabilidad exclusiva de quienes lo gestionan'.

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Los intereses de los responsables del negocio del esquí chocan frontalmente con las sugerencias de los expertos y especialistas de la nieve. 'El esquí es un deporte con riesgo y como tal debe practicarse a partir de una formación a cargo de profesionales y bajo un marco legal', sostienen los especialistas.

Francesc Herrera, profesor diplomado por las escuelas españolas y norteamericana de esquí, señala que la seguridad en las pistas debe corresponder a los pisters. 'Son las estaciones las que deben facilitar el trabajo de la seguridad y su formación a estos profesionales'. Herrera, un trotamundos catalán que ha trabajado en 24 centros de esquí de ocho países, observa la disminución de pisters en los centros españoles en los últimos años. 'Hace 20 años, el usuario se sentía protegido porque veía a los pisters patrullar sin descanso por las pistas. Ahora no los ves. En cambio, hay más oficinas, más secretarias, más directivos. ¿ Y los maquinistas? ¿Y los pisters?'.

César Algora, ex pister socorrista de una estación en los años setenta y ochenta, advierte de la falta de criterio que existe en cuanto a la seguridad. 'Actualmente, las pistas se han convertido en autopistas donde los niños y los ancianos convergen y llegan a chocar entre ellos. Y en lugar de aumentar el personal de vigilancia, de poner más pisters, eso ha ido en retroceso', comenta.

Algora cuenta el cambio que se ha experimentado desde que dejó el oficio de pister. 'En mi época, yo mismo había retirado el forfait a un esquiador temerario con el apoyo de los responsables de la estación. En la actualidad, en mis visitas a las estaciones, he observado que nadie patrulla como se hacía antes y parece que tampoco hay una coordinación entre los pisters de los diferentes centros. Existe una sensación de desamparo profesional. El pister tiene que patrullar', añade. 'No basta que las motos de nieve acudan con rapidez cuando el accidente ya ha ocurrido, sino que hay que hacer un trabajo de prevención sobre las pistas porque están sujetas a cambios constantes por el paso de los usuarios'.

Leo Vegué, guía de alta montaña de la Unión Internacional (UIAGM), hace hincapié en la responsabilidad del esquiador. 'La aspiración de un nuevo esquiador tendría que ser el dominio del control de la velocidad y de la ruta que traza', señala. 'Lo que ocurre es que el aprendiz no aspira a eso: aspira a bajar pistas negras y luego ir fuera de pistas'. Vegué considera que existe un vacío legal tanto en la formación del esquiador como en la del profesional. 'En Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, todos tienen claro dónde pueden esquiar'.

Carlos Obeso, abogado especialista en derecho civil, entiende que las estaciones de esquí tienen la facultad de establecer un régimen interno basado en el derecho de admisión. 'No se puede plantear el despliegue de una policía pública porque no tiene sentido que este cuerpo entre en una explotación privada'.

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